La agricultura es una de las actividades más importantes para Guatemala. Aunque, no se puede considerar que somos un país totalmente agrícola, esta rama tiene un aporte importante para el Producto Interno Bruto (PIB).
Además, es la que más divisas trae por concepto de exportaciones y la que genera más ocupación, especialmente en el área rural.
El Banco de Guatemala, tiene datos publicados desde 1950. Se elaboró el ciclo económico del PIB comparado con la rama de actividad agricultura, a través de la metodología de empalme. Los tres años base que el Banguat ha empelado para la elaboración de las cuentas nacionales (1958, 2001 y 2013), donde trasciende que esta rama con la base 58 representó en promedio el 26.6%; en la base 2001, el 13.7% y con 2013, el 10.0%.
Con base al promedio y desviación estándar se establecieron los límites del ciclo de la agricultura y se observa que los años más críticos, es decir fuera de la banda inferior, fueron 1955, 1982, 1983, 1986 y 2010.
En promedio presentaron una variación de -7.5%, lo que a su vez estuvo directamente relacionado con la caída de la actividad económica en su conjunto, crisis internacionales y disminuciones importantes en los precios internacionales de las materias primas.
Los años que estuvieron por encima del límite superior del ciclo fueron 1956, 1958, 1959, 1963, 1968, 1971, 1972 y 1974. En los que hubo aumento en las exportaciones de los productos tradicionales, derivado de mejores precios de los productos agrícolas en los mercados internacionales, cuyo promedio de crecimiento fue de 8.7%.
Al comparar el PIB con la agricultura, con base al promedio de las principales medidas estadísticas como una correlación de 0.71, se estableció:
- Un coeficiente de determinación de 0.51%; elasticidad de 0.37%; tasas de crecimiento de 3.8% y 3.2%, respectivamente e incidencia del 8.8%.
Con esto, se puede concluir que la agricultura es importante, pero no determinante para el crecimiento de la economía, debido a que no genera gran valor agregado como otras ramas. En los últimos 20 años, ha mermado su influencia en el comportamiento del ingreso, lo que se explica primordialmente por:
- El incremento de las remesas familiares, aumento de exportaciones de productos textiles, alta volatilidad en los precios de los productos agrícolas, el calentamiento global, incremento del comercio interno, escasa inversión en tecnología de punta, falta de apoyo para el acceso a nuevos mercados, poca apertura para los pequeños y medianos productores agrícolas del sistema financiero tradicional para poder acceder al crédito, mala aplicación de políticas gubernamentales para su desarrollo, entre otras causas.
De acuerdo con lo publicado por el Banco de Guatemala en el Estudio de la economía nacional, los principales productos de la agricultura para consumo nacional son:
- Maíz, frijol, legumbres, arroz, hortalizas, frutas, entre otros.
Vale la pena mencionar que, durante las dos crisis de la economía global, la de 2009, mejor conocida como subprime y la de 2020, ocasionada por la pandemia de la COVID19, la economía de Guatemala varió 0.5% y -1.5% respectivamente. Mientras que la agricultura creció 3.8% y 2.9% en cada crisis.
El caso de 2009, estuvo influenciado, de conformidad con apreciaciones de gremiales y asociaciones de productores y del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), principalmente por:
- El dinamismo observado en el cultivo del banano, cardamomo y caña de azúcar, así como de cultivos no tradicionales, en especial de arroz, papa, hortalizas y frutas.
La crisis de 2020, estuvo influenciada principalmente, por el crecimiento de la producción de hortalizas, melones, raíces y tubérculos; así como de frutas tropicales, derivado de la mayor demanda externa y de mejores rendimientos de algunos de los cultivos.
Asimismo, se observó un incremento en la demanda intermedia de aves de corral, ganado vacuno y palma africana, por parte de la industria alimenticia.
Los principales productos de exportación agrícolas que generaron divisas importantes para el país durante 1994 a 2020 son:
Los primeros tres son conocidos como tradicionales, al día de hoy siguen teniendo la misma importancia como generadores de divisas. Los demás conocidos como no tradicionales han tomado relevancia en los últimos años, debido a mejora en sus técnicas de producción y apertura de nuevos mercados.
Según la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos Familiares (ENEI) II-2019, la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca ocupan el 30.4% de la población; el 39.0% del sector informal y el 31.3% del subempleo visible.
En lo que respecta a la Inversión Extranjera Directa (IED) en Guatemala , la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca, representaron en promedio el 2.13% del total para el período 2008-2020.
Ha tenido un comportamiento muy volátil, en virtud que en 2008 fue de $27.8 millones, en 2014 de $49.8 millones y en 2020, $12.9 millones, con una tasa de crecimiento promedio del 106.4%.
Al analizar la IED en la agricultura por país, con base a la información disponible del Banguat se estableció que en 2014 hubo una fuerte inversión de empresarios procedentes de Estados Unidos, México y Colombia, entre otros; y para 2020 de los $12.9 millones, $10.8 millones vinieron de Estados Unidos y $1.1 millones de El Salvador.
Colaboración especial: Wagner Meneses
Economista
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