José Manuel Segovia es ingeniero industrial, egresado de la Universidad Rafael Landívar (URL) y posee dos maestrías de la Universidad Católica de Chile: un Master in Business Administration (MBA, por sus siglas en inglés) y otra en Innovación. Asimismo, recientemente finalizó el curso de Alta Dirección de Empresas de la Cadena Alimentaria (ADECA) en Santelmo Business School de Sevilla, España.
Cuenta con 32 años de experiencia en la industria avícola, en la que inició a inspeccionar galeras y a limpiar la bodega de huevos, hasta llegar a ser el Director General de Productos Avícolas, S.A. (Granjazul) y sus empresas asociadas, puesto que actualmente ocupa. Además, es presidente de la Gremial de Avicultores (GREAVI), adscrita a Cámara de Industria de Guatemala (CIG), espacio por medio del cual busca alcanzar el desarrollo integral de la industria avícola nacional.
“He tenido la oportunidad de participar en otros segmentos de mercado muy distintos a la avicultura, como el corretaje de seguros, comercializador de productos importados alimenticios y vehículos recreacionales, pero la avicultura siempre me envuelve y atrapa de vuelta el tiempo que puedo dedicar a otras cosas”, indicó.
La avicultura siempre me envuelve y atrapa de vuelta el tiempo que puedo dedicar a otras cosas”.
Granjazul: más de 50 años de historia
Granjazul nació como marca en 1998, pero la empresa, en la actualidad, tiene 54 años dentro de la industria avícola –antes como Proavisa y, ahora, como Granjazul– y 70 años de experiencia en la fabricación de alimento balanceado para animales. Asimismo, Proavisa es una empresa que, desde sus inicios se ha mantenido en constante crecimiento.
“Mi padre inculcó la cultura empresarial de que todo tiene que estar limpio y en el tiempo establecido, lo que nos ha ayudado a crecer en estos años y a darle a nuestros clientes y socios comerciales, un producto garantizado con una certificación FSSC 22000, la cual garantiza la inocuidad de los alimentos desde su origen hasta la entrega. Además de certificar el producto, contamos con la certificación de bienestar animal, que garantiza el cuidado máximo de nuestras aves”, explicó el entrevistado.
En los últimos años, Granjazul ha implementado distintas innovaciones para mantenerse a la vanguardia en sus procesos. Dentro de la industria avícola, su innovación más grande es la creación del huevo líquido pasteurizado, un producto certificado con fecha de vencimiento que viene listo para cocinar de manera fácil y sencilla, que cuenta con presentaciones de clara y yema líquida pasteurizada, las cuales pueden encontrarse en los supermercados del país.
Asimismo, Granjazul adoptó el servicio a domicilio, por medio del cual hacen entregas de sus productos a casas y negocios. Su más reciente innovación es Duritos, huevo duro listo para comer que puede mantenerse fuera de refrigeración por 25 días sin perder su calidad, el cual ya se encuentra a la venta en los supermercados del país y en su canal de detalle.
Por otro lado, al momento, la empresa genera más de 700 empleos directos y miles de indirectos, con los que apoyan a muchas familias guatemaltecas y a negocios locales. “Somos muchos los que dependemos de la operación de la empresa, por lo que también buscamos realizar distintas inversiones en beneficio de todos. En los últimos años hemos invertido en tecnología, ampliación de producción e innovación de procesos y productos”, añadió Segovia.
En los últimos años hemos invertido en tecnología, ampliación de producción e innovación de procesos y productos”.
Sector avícola en Guatemala
El sector avícola guatemalteco se ha caracterizado por su dinamismo y crecimiento, el cual tiene un impacto positivo en la economía y en la sociedad del país. De acuerdo a información de Central American Business Intelligence (CABI, por sus siglas en inglés), en el 2022 representó Q8,597.72 millones del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Asimismo, creó 104,984 empleos y pagó Q3,239.38 millones en salarios.
De igual forma, de acuerdo a datos del Banco de Guatemala (BANGUAT), en el 2022, las exportaciones de productos avícolas del país totalizaron US $234,6 millones. La carne de pollo representó US $202,4 millones, mientras que los huevos US $32,2 millones, representando alrededor del 85% y 15%, respectivamente, del valor total de las exportaciones avícolas.
“El sector avícola de Guatemala es sumamente importante para la economía del país y es tan avanzado y tecnificado como en cualquier otro país del primer mundo. Desde hace muchos años, cuando se implementó la Ley de Fomento Avícola, la industria recibió mucho apoyo para crecer”, dijo Segovia.
Por su parte, el sector avícola guatemalteco también se enfrenta a constantes retos, como la deficiencia en la red vial, lo que hace que los costos de distribución sean más elevados. También, el entrevistado aseguró la falta de seguridad jurídica y física, y el comercio ilícito de huevo, pollo vivo, abono orgánico y gallinas de descarte, entre otros, que pueden traer enfermedades al país, son riesgos latentes.
“Un caso del riesgo del contrabando es la influenza aviar, de la cual, México tiene grandes problemas con altas mortalidades. En Guatemala, de momento, estamos libres de dicha enfermedad, pero esto no quiere decir que el comercio ilícito es el único responsable del riesgo, puesto que un alto peligro lo generan también las aves migratorias”, aseguró Segovia.
Lo más importante es la unión del gremio y de la industria en general para lograr un mejor país”.
A futuro, Segovia indica que, como sector, tienen la oportunidad de nutrir al país con una de las mejores proteínas de origen animal disponible, de excelente calidad y a precios accesibles. “Hay camino por recorrer, pero lo más importante es la unión del gremio y de la industria en general para lograr un mejor país y demostrar que somos más que un huevo, dándole al producto el valor que merece”, concluyó.
Por: María Fernanda Roca | Coordinadora de Contenido Editorial de Cámara de Industria de Guatemala (CIG)