El 2023 para la industria avícola en Guatemala se perfila con retos parecidos a los que se han presentado en el año en curso. Debemos mencionar que nuestra industria juega un papel crucial en la seguridad alimentaria de Guatemala, tomando en cuenta que aporta a la dieta del guatemalteco la proteína de la mejor calidad y al mejor precio, si la comparación se hace con las otras fuentes de proteína animal disponibles. Esto se debe al fuerte desarrollo de la industria avícola a nivel de todos sus elementos de producción, tales como la tecnología de las instalaciones, la nutrición y los cuidados sanitarios, entre otros, que la hacen eficiente y competitiva.
Aun así, en el mercado se observan ajustes de precios en los productos avícolas que no se relacionan en su proporción, con el fuerte incremento de los costos de producción. Eso significa que cada eslabón de la cadena de suministros para la producción avícola, ha tenido que absorber una buena parte de ese incremento de costo y, de esa forma, defender de la mejor manera el precio de la libra de pollo o la docena de huevos que llega a la mesa de los hogares de nuestro país.
La razón de este ajuste de precios es algo que no resulta ni desconocido ni ajeno para nadie, como es el fuerte incremento de precios que han sufrido los commodities en los mercados internacionales. Algunos de ellos son la base de composición de los alimentos avícolas, tales como el maíz, la harina de soya y algunos tipos de aceites como el de palma o las grasas amarillas. El costo del alimento es de alrededor del 70% del costo total de producción.
La industria avícola nacional mira hacia el futuro inmediato con optimismo».
Los numerosos informes que hemos tenido a la mano, sobre las perspectivas del comportamiento de los precios de las materias primas para la elaboración de alimentos balanceados en el futuro próximo, indican que se mantendrán en niveles parecidos a los de este año y que bajarán hasta el 2024, y no a la velocidad que subieron.
En otro orden de ideas, uno de los retos más difíciles a los que se enfrenta nuestro sector, es el ingreso de productos avícolas de manera ilegal, principalmente desde México. Este fenómeno se puede explicar, en su mayor parte, por la asimetría fiscal entre los dos países, ya que en México los productos de la canasta básica no están afectos al Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA). La lucha contra este delito ha sido una constante de nuestra industria a lo largo de los años porque afecta la rentabilidad de las empresas, la recaudación fiscal y, sobre todo, amenaza la seguridad alimentaria nacional porque en el país del norte la avicultura está afectada por terribles enfermedades que en Guatemala no existen y que pueden acabar con la población avícola y comprometer el abasto de huevo y pollo nacional.
Aun así, ahora más que nunca y con esperanza y valor, la industria avícola nacional mira hacia el futuro inmediato con optimismo, esperando mantener empresas sanas a nivel financiero y sanitario para seguir llevando alimentos sanos, nutritivos y al mejor precio que las condiciones lo permitan.
Por: Dr. Mariano Carrera | Vocal de la Gremial de Avicultores (GREAVI)