El proceso de Integración Económica Centroamericana es evolutivo: los países van avanzando, poco a poco, para generar una normativa comunitaria que facilite el comercio entre las naciones que integran la región y que ayude a presentarse como una unidad ante terceros. Se considera que esta unificación de normativas es una forma de facilitar el comercio, pues es más sencillo para los operadores económicos cumplir con un solo set de reglas para ingresar a seis mercados, que tener que hacerlo país por país.
Estas normas comunes cuando son referidas a la calidad, materias primas y procesos productivos que se deben cumplir se conocen como Reglamentos Técnicos Centroamericanos, los cuales, una vez adoptados, son obligatorios para todos los operadores que quieran vender sus productos en la región.
El mercado centroamericano actualmente no cuenta con un Reglamento Técnico Centroamericano para embutidos y carnes procesadas. Es por ello que cada país centroamericano tiene su propia reglamentación, lo cual se traduce en barreras al comercio, ya que, si un operador económico de un país quiere vender en los demás mercados de la región, debe revisar si sus procesos productivos e insumos cumplen con los requisitos del mercado a donde desea comercializarlos. Esto hace necesario adaptar su producción a cada mercado, incluso pudiendo incumplir en el país de origen, pero no en el de destino.
En el 2020, la Gremial de Embutidos y Carnes Procesadas (GREMCAS), adscrita a Cámara de Industria de Guatemala (CIG), consideró necesario impulsar la creación de la normativa comunitaria para la región. A través de la Federación Centroamericana de Cámaras y Asociaciones de Industriales de Centroamérica y República Dominicana (FECAICA) –entidad representante del sector industrial centroamericano organizado–, se comenzó el diálogo entre la industria de cada país para proponer un Reglamento Técnico Centroamericano para productos cárnicos elaborados.
Esta propuesta responde a la necesidad de contar con reglas claras, uniformes y armonizadas en toda la región centroamericana, permite ofrecer un producto de mejor calidad y dar mejor información al consumidor. Las reuniones fueron realizadas por parte de los principales grupos productores en cada país, logrando un consenso luego de amplias y numerosas discusiones.
El documento final se propuso ante el consejo de Ministros de Integración Económica (COMIECO), quienes tienen bajo su competencia los asuntos de Integración Económica Centroamericana y los estados parte han convenido establecer un proceso de armonización de la normativa técnica. Al cumplir con todos los requisitos necesarios, solo está pendiente la aprobación en la siguiente reunión oficial en el marco de la Integración Económica Centroamericana en el proceso para alcanzar una Unión Aduanera.
Los embutidos y carnes elaboradas históricamente surgieron con el objetivo de apreciar cortes y ayudar a alargar la vida útil”.
Uno de los puntos más discutidos fue el de los niveles de proteína mínimos exigidos para los productos, ya que luego del análisis de los diferentes reglamentos de cada país, existían diferencias de hasta 30%, habiendo casos en los que no había mínimos de proteína.
La propuesta del Reglamento Técnico Centroamericano es de 11% de proteína mínimo en todos los productos, pero se sabe que en el mercado guatemalteco hay muchos que exceden tal porcentaje. Estas reglas claras benefician al consumidor, ya que le permite asegurar un producto con buena fuente de proteína, pues según el RTCA de etiquetado nutricional de productos alimenticios arriba de 6% ya es una buena fuente de proteína.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), “la carne puede formar parte de una dieta equilibrada, aportando valiosos nutrientes beneficiosos para la salud. La carne y los productos cárnicos contienen importantes niveles de proteínas, vitaminas, minerales y micronutrientes, esenciales para el crecimiento y el desarrollo”. Los embutidos y carnes elaboradas históricamente surgieron con el objetivo de apreciar cortes y ayudar a alargar la vida útil. Además, dan una opción práctica de consumo a una excelente relación de valor versus porcentaje proteínico. De acuerdo a la FAO, el consumo per cápita de productos cárnicos inferior a 10 kilogramos (kg) debe considerarse insuficiente, pues con frecuencia causa subnutrición y malnutrición.
Los embutidos y las carnes procesadas son una fuente de proteína importante. Según Reyes y Calderón (2021), el promedio combinado de 2006 y 2014 del consumo anual de alimentos cárnicos por persona fue de 24.76 kg, de los cuales 3.71 kg son de embutidos y carnes elaboradas. De acuerdo a otra estimación con base en las estadísticas de importaciones de materia prima, el consumo per cápita anual puede estar alrededor de 4.2 kg, ya que se calcula una producción anual de alrededor de 75 mil toneladas de embutidos y carnes procesadas en Guatemala.
Lo anterior nos sitúa arriba del consumo per cápita requerido por la FAO. No obstante, hay poblaciones vulnerables que viven en la pobreza extrema. En el orden de valor por gramo de proteína los embutidos siguen al pollo (el mayor participante en este consumo per cápita), lo cual reafirma la importancia de la industria de embutidos y carnes elaboradas en la nutrición y su contribución a la economía del país, puesto que genera empleos directos de al menos 5 mil personas a nivel nacional.
Por: Anabella López | Tesorera Gremial de Embutidos y Carnes Elaboradas (GREMCAS)
Reyes y Calderón; 2021/02/16. El consumo de alimentos cárnicos en Guatemala, 2006 y 2014. Revisa Análisis de la realidad nacional. Año 10, edición 199. Febrero 2021.
https://www.fao.org/ag/againfo/themes/es/meat/background.html