La energía ha sido el pilar central en el desarrollo de la humanidad en los últimos dos siglos, siendo necesaria para el crecimiento social y económico. Como se observa en la figura 1, la economía de un territorio, sociedad o de cualquier país está relacionada directamente con su consumo de energía, ya que es la base para el desarrollo de actividades comerciales, de servicios y producción industrial.
Figura 1. Producto Interno Bruto (PIB) per cápita vs. uso de energía primaria per cápita, 2021.
Fuente: Our World in Data (2023)
Actualmente, la energía primaria a nivel global proviene en un 82% de fuentes fósiles, y el consumo ha estado liderado por los países del G20, con 80.8% del uso total. Esto ha permitido el desarrollo y la prosperidad económica de estas potencias, y será igualmente de estricta necesidad para los países en vías de desarrollo en su ruta de crecimiento económico y en la ruta de incrementar los indicadores de calidad de vida. En el caso de Latinoamérica y el Caribe, al incluir a Brasil, México y Argentina en el G20, la participación del resto de países desciende a 2.2% del total del planeta.
Figura 2 y 3. Izquierda: consumo de energía primaria por fuente, 2022. Derecha: consumo de energía primaria en el G20, Latinoamérica y el Caribe, y el resto del mundo, 1965-2022.
* México, Brasil y Argentina se reportan como países del G20 y no en Latinoamérica y el Caribe.
Fuente: Elaboración propia con datos de Energy Institute (2023).
La energía ha sido el pilar central en el desarrollo de la humanidad en los últimos dos siglos, siendo necesaria para el crecimiento social y económico”.
Históricamente y en la actualidad, la región de América Latina y el Caribe ha presentado uno de los menores consumos de energía en el mundo, lo que es congruente con el PIB de la región y su origen predominantemente agrícola. La propia región de Latinoamérica, representa una extensa heterogeneidad en el consumo de energía y el PIB absoluto como per cápita, como se observa en la figura 4. En virtud de lo anterior, los países de Latinoamérica deberán aumentar su oferta total y consumo de energía si se desean alcanzar los objetivos de desarrollo.
Figura 4. Consumo de energía vs. PIB en Latinoamérica y el Caribe, 2021.
Fuente: Elaboración propia con datos de OLADE (2023).
Limitar el acceso a los combustibles fósiles equivale a limitar el desarrollo social y económico y la generación de resiliencia climática”.
Tomando en cuenta que la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático reconoce que, tanto históricamente como en la actualidad, la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del mundo han tenido su origen en los países desarrollados, que las emisiones per cápita en los países en desarrollo son todavía relativamente reducidas y que la proporción del total de las emisiones originadas en los países en desarrollo aumentará para permitirles satisfacer sus necesidades sociales y de desarrollo, es imperativo que los tomadores de decisiones noten que es inviable e imposible, comprometer a los países de Latinoamérica a buscar la reducción o eliminación de los combustibles fósiles; ya que, al contrario, con el crecimiento poblacional esperado, que alcanzará el pico hasta en la década de 2060, se requerirán cada vez más, nuevas y adicionales fuentes de energía para satisfacer las necesidades sociales y de desarrollo de las generaciones presentas y futuras.
En conclusión, la adopción de medidas y/o compromisos para la reducción o eliminación de los combustibles fósiles debe corresponder exclusivamente a los países desarrollados, debido a que los países en vías de desarrollo son más vulnerables a los efectos negativos y requerirán de nuevas fuentes de energía resiliente y sostenible para mejorar las capacidades de adaptación. Limitar el acceso a los combustibles fósiles equivale a limitar el desarrollo social y económico, y la generación de resiliencia climática.
Se recomienda que cada país de Latinoamérica y el Caribe haga un análisis exhaustivo de su balance energético actual, la proyección de crecimiento poblacional y sus metas de desarrollo para determinar la capacidad que tienen de lograr las metas establecidas y la ambición que pueden alcanzar sin comprometer su seguridad energética, economía e indicadores de calidad de vida, y sin limitar a las generaciones presentes y futuras al acceso de los recursos que serán necesarios para el desempeño de sus actividades.
La ambición climática sin el análisis integral que contemple las variables de desarrollo económico y social, y que no integre las condiciones específicas y las necesidades particulares de cada país, de conformidad con sus responsabilidades comunes pero diferenciadas y sus respectivas capacidades, será un factor relevante en el estancamiento del crecimiento de su economía y repercutirá directamente en los indicadores de calidad de vida y los esfuerzos globales por erradicar la pobreza.
La herramienta más eficiente para combatir el cambio climático es un análisis de datos congruente, integral y técnico”.
La herramienta más eficiente para combatir el cambio climático es un análisis de datos congruente, integral y técnico que permita dirigir los esfuerzos e inversiones a las principales necesidades y circunstancias de cada país.
Por: Comisión de Ambiente y Energía de ICC Guatemala