Este septiembre no solo celebramos la independencia, celebramos un importante aniversario que nos recuerda la visión de libertad que hace 200 años cobró fuerzas hasta convertirse en la firma de la independencia.
Un hecho histórico que trae a nuestra memoria todos los acontecimientos que como país hemos vivido en estos dos siglos, eventos importantes que nos han unido, que van desde las celebraciones hasta los momentos más duros afrontados por las familias guatemaltecas. Estos últimos, han sido experiencias en las cuales nuestros valores, como la solidaridad y la resiliencia han salido a relucir como factor clave para levantarnos y continuar esforzándonos por el desarrollo de Guatemala.
Uno de los acontecimientos más duros que hemos vivido recientemente es la pandemia del COVID-19, misma que sacudió la vida de todos los guatemaltecos y que sin la resiliencia, ese valor interno que nos hace recuperarnos de situaciones difíciles, adaptarnos a los cambios y seguir creciendo, no habríamos podido lograr lo que hasta hoy tenemos asegurado: que nuestro país se recuperará y que juntos lograremos el desarrollo que anhelamos.
Además de aplaudir la resiliencia personal del guatemalteco, quiero destacar también la resiliencia empresarial, la cual ha hecho que las empresas guatemaltecas no solo se adapten, sino que se reorganicen rápidamente para asegurar la continuidad del negocio.
Reconozco a todas las empresas que en esta pandemia han acelerado sus transformaciones digitales, han modificado o lanzado nuevos productos o servicios, han optimizado sus operaciones y se han vuelto más ágiles para acercarse a los consumidores a través de plataformas de acceso virtual. Pero lo más importante es que las empresas guatemaltecas han sabido equilibrar la importancia de la economía sin descuidar en ningún momento el compromiso hacia la salud de clientes y colaboradores.
Esta ha sido la adaptación más importante y sé que, aunque la pandemia sigue en pie y seguimos enfrentándonos a situaciones complejas y retadoras, las empresas guatemaltecas se mantienen resilientes, se adaptan y enfocan sus esfuerzos en seguir generando prosperidad para el país y para las familias guatemaltecas que encuentran en el sector productivo formal, una fuente de empleo digna. Que los retos que aún nos quedan por pasar saquen a luz el valor resiliente de todos los guatemaltecos y que el bicentenario de nuestra independencia sea el recordatorio perfecto de lo mucho que podemos lograr cuando trabajamos unidos.
Por: Luis Alfonso Bosch
Presidente de Cámara de Industria de Guatemala