En este espacio se analiza el estado actual y las perspectivas para el sector construcción y las actividades inmobiliarias.
Colaboración especial:
Wagner Meneses / economista
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Al analizar las ramas de construcción y actividades inmobiliarias, se observa que están vinculadas, sin embargo, la primera tiene un comportamiento más volátil porque es más vulnerable a los precios internacionales y nacionales del hierro, cemento, mano de obra, entre otros.
En esta se incluye la construcción de edificios y obras de ingeniería civil, que abarca proyectos nuevos, reparaciones, ampliaciones, remodelaciones, estructuras prefabricadas y obras de carácter temporal; mientras que la segunda contempla las actividades de alquiler de vivienda de mercado y de uso final propio, así como los alquileres no residenciales y otras actividades inmobiliarias.
Para el período 2016-2020, con base a la información del Banco de Guatemala se determina que dentro de la conformación del Producto Interno Bruto (PIB) trimestral, la construcción representa en promedio el 4.3% del total y las actividades inmobiliarias el 9.0%, asimismo el crecimiento interanual promedio por cada trimestre fue de 2.3% y 3.8% respectivamente.
Otro aspecto importante a considerar dentro de la conformación del PIB trimestral por el método del gasto es la Formación Bruta de Capital Fijo (FBKF), también conocida como la inversión, la cual está compuesta por la construcción, maquinaria y equipo y la variación de existencias. Que, para el caso de Guatemala, para el lustro en estudio, tuvo una participación promedio trimestral del 14.0% y una tasa promedio de crecimiento interanual por trimestre del 1.9%.
La estacionalidad se refiere al comportamiento tendencial marcado en determinados períodos del año, que para este caso en particular se utilizó la metodología de promedios simples.
En Guatemala desde el punto de vista trimestral, la construcción tiene un comportamiento tendencial bien
marcado, porque conforme avanza el año, se avanza con el proceso hasta llegar al final. Las actividades inmobiliarias son constantes, es decir que no hay épocas del año que sean altas o bajas, no están en función de una estacionalidad.
La Formación Bruta de Capital Fijo o inversión, al igual que la construcción tiene una tendencia bien arcada. El PIB trimestral tiende a comportarse en V, porque inicia bien el primer trimestre, baja el segundo y tercero, para levantar en el último.
De acuerdo con la información publicada por la Superintendencia de Bancos de Guatemala (SIB), para el período en análisis, la cartera de créditos atendiendo al criterio de agrupación, indica que en promedio el
sistema bancario ha otorgado 28 mil 293 créditos hipotecarios, que representan el 1.0% del total; por un monto promedio de Q8 mil 190.6 millones, que representa el 7.24% del monto total otorgado y que al relacionarlo equivale a Q283 mil 184.01 por préstamo.
En lo que respecta al monto de préstamos hipotecarios para vivienda, cabe mencionar que en promedio crecieron 9.88% interanualmente, que, a su vez, para 2020, durante el segundo semestre, disminuyeron a 8.13%, lo que se explica por la baja demanda y por la incertidumbre provocada por la pandemia. Las tasas de interés se ubicaron entre 9.09% y 10.17% en el período 2016-2020, cuyo promedio fue 9.44%, a su vez tuvieron una disminución de 19 puntos básicos cada año, en promedio.
Al abordar el crédito por actividad económica y hacer referencia al sector construcción propiamente, se puede decir que el número de créditos para el período 2016 a 2020 cayó 43.8%, con una disminución promedio anual de -6.2%; el monto total aumentó 41.8% cuya variación promedio interanual fue de 7.6%. Las tasas de interés registraron una baja de 1.24%, al pasar de 9.24% en enero 2016 a 8.0% en diciembre 2020.
En el primer trimestre de 2019 respecto al mismo período del año anterior, al inicio se observa una tendencia al alza en los créditos para la construcción y continúa a la baja en las tasas de interés, lo cual se explica por el impulso en la ejecución de obras de ingeniería civil por parte de la administración central y el crecimiento en la construcción de edificaciones, tanto de uso residencial como no residencial.
En el último trimestre de 2020, la construcción de edificaciones residenciales y no residenciales, estuvo influenciada por la incertidumbre en el nivel de confianza de los constructores, lo que se reflejó en la disminución de los metros de construcción autorizados de inmuebles residenciales y no residenciales, así como por la paralización parcial de obras en proceso debido a las restricciones para contener los contagios de la COVID-19 en el país.
La cantidad de créditos con garantía de bienes inmuebles, tuvo un incremento de 9.1% en dicho período, cuyo promedio anual fue de 1.6%; el monto de estos creció 32.7% con un promedio anual de 5.8%; y las tasas de interés disminuyeron 117 puntos básicos, lo cual indica que, por esa baja, se incrementó la demanda.
Para 2021, las proyecciones del sector construcción no tuvieron mayor variación entre los datos deenero 2021 (7.5%) y abril 2021 (7.6%), ni para el caso de las actividades inmobiliarias que se mantuvo la expectativa de crecimiento para este año, en 3.9%.
Con base a lo observado, en el primer trimestre 2021, el monto de los créditos hipotecarios para vivienda presenta un aumento del 6.49%; el monto de créditos para la construcción tiene un incremento de 2.43%; y las tasas de interés para la construcción, una baja de 5 puntos básicos y con garantía de bienes inmuebles de 2 puntos básicos todo, respecto a diciembre del año pasado.
En este año, el sector de la construcción, producto del aumento previsto en las remesas familiares, la recuperación esperada en la importación de bienes de capital y en el rubro de inversión real directa, como resultado de la reconstrucción de infraestructura dañada por las tormentas tropicales Eta e Iota, se tiene una recuperación prevista en edificaciones residenciales y no residenciales.
Por el lado de las actividades inmobiliarias, debido al incremento previsto de alquileres no residenciales, asociado a la recuperación esperada de las actividades comerciales e industriales, y debido al incremento estimado en la construcción de viviendas destinadas al alquiler tendrá un mejor desempeño.