Este es un extracto del discurso que dio el presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), Javier Simán, durante la VIII Feria Industrial y Expo Fecaica, realizada el 26 de septiembre en el vecino país. Y debido a que su contenido toca realidades como la de Guatemala, incluimos en esta edición, un resumen de los puntos más relevantes abordados por el empresario.
INDUSTRIA Y NEGOCIOS
En la actual coyuntura nacional e internacional se vuelve más válido que nunca, entrelazar tres temas relacionados para el futuro de El Salvador: La Industria, El Desarrollo Económico y El Desarrollo Social.
Los 23 sectores industriales y agroindustriales que forman la ASI somos los mayores generadores de empleo y dinamizamos otros sectores de la economía. Generamos 275 mil empleos directos. Juntos, trabajadores y empresarios, producimos el 23 del PIB, el 92% de las exportaciones, aportamos el 23% de los ingresos tributarios del Estado y el 40% de los aportes al Seguro Social.
Los empleos que generamos constituyen una fuente estable de sustento para más de un millón y medio de salvadoreños que dependen económicamente de quienes trabajamos en la industria. Esos empleos se traducen, generalmente, en núcleos familiares con mayor desarrollo y bienestar, que logran alcanzar mejores niveles de vida, mayor educación, mejor formación y con mejores oportunidades.
Motor de desarrollo; eso es lo que la industria significa en cualquier país del mundo. No podemos encontrar ningún modelo exitoso para el desarrollo económico y social de un país si no es a través de la creación de riqueza. Los Estados no pueden pretender distribuir la riqueza que no tienen, y mucho menos pueden pretender generar riqueza sin antes propiciar las condiciones básicas para atraer una constante inversión en actividades productivas.
Un país no crece aumentando su consumo y sus importaciones. Sólo se puede crecer aumentando la producción y las exportaciones, y de preferencia, cuando su producción es de alto valor agregado. Por eso la importancia de las cadenas productivas y de la agricultura, no sólo para asegurar la alimentación sino también para proveer a la industria, productos primarios.
La industria requiere de grandes inversiones y de condiciones adecuadas para ser competitiva en un mercado globalizado cada vez más exigente, donde algunos países lo hacen en forma desleal con subsidios y proteccionismo. En ese mundo de salvaje competencia, la industria salvadoreña se ha mantenido a la vanguardia, adaptándose a los cambios, sobrepasando desafíos y aprovechando las oportunidades que se han presentado con la apertura comercial, la globalización y los tratados de libre comercio. El que no invierte, pierde productividad y competitividad, pierde mercado y pierde empleos. Cuando perdemos empleos, pierde el país, y perdemos todos.
En el marco de la reunión ordinaria de Fecaica, instamos a nuestros Gobiernos a eliminar actos arbitrarios que obstaculizan el comercio de nuestros productos, como barreras no arancelarias o procedimientos aduaneros unilaterales, que restringen nuestras exportaciones, nos restan competitividad y ponen en riesgo nuestros empleos. Venimos también insistiendo en una administración estatal efectiva y eficiente, donde las instituciones se vean fortalecidas con los profesionales y técnicos más idóneos, y no por militantes partidarios.
Queremos ahora reiterar en la necesidad de imprimir un sentido de urgencia que requiere nuestro país. Ante todo esto, nuestros gobernantes y actores políticos deben despojarse de sus intereses particulares y partidarios, y comprometerse a resolver los verdaderos problemas que enfrentamos. En ASI trabajamos propuestas concretas en diferentes temas de trascendencia nacional y ahora reiteramos nuestra voluntad de continuar trabajando juntos.
Miremos hacia adelante con optimismo, con fe y con determinación. Y sigamos trabajando para forjar juntos un mejor futuro para todos.