En los últimos diez años, el crecimiento de la deuda de los trabajadores ha incrementado de forma sorprendente por la contratación de facilidades crediticias por encima de sus capacidades de ingresos personales y familiares, que tienen que destinar para el pago de las deudas, principalmente para las personas de clase media y media baja. Dichas facilidades u oportunidades de crédito están vinculadas al acceso al crédito de consumo como consecuencia del desarrollo económico y excesos de liquidez del sistema financiero guatemalteco.
El fenómeno del sobreendeudamiento se debe al uso irresponsable de las tarjetas de crédito por parte del consumidor y a la agresividad comercial de las entidades financieras y comerciales para colocar sus productos. No obstante, la falta de educación y cultura financiera de las personas es crucial.
Esta problemática del consumidor es el beneficio de la mayoría de las entidades financieras que, en muchas ocasiones, les otorgan créditos para cancelar las deudas de sus otras tarjetas, teniendo que pagar intereses sobre intereses. Esta práctica termina cuando al consumidor se le agotan las posibilidades de cubrir las deudas contraídas, a través de otras instituciones financieras, perjudicándole su historial crediticio, con lo cual podría acceder a otros productos financieros más ventajosos.
Existen estudios, informes y datos estadísticos que demuestran que el endeudamiento al consumidor está aumentando y que el resultado de este incremento ocasiona serios trastornos en los ámbitos económico y financiero de las organizaciones, la familia y la sociedad.
Problemática en el clima organizacional
Algunas de las variables que afectan el clima organizacional de la empresa a causa del sobreendeudamiento de un colaborador son:
- Cuando las deudas de un empleado se transforman en una carga difícil de manejar, éste no solo destina una parte de su tiempo a tratar de solucionar el problema, sino que, además, socializa sus complicaciones financieras, involucrando a terceros.
- El riesgo operacional, derivado de la posibilidad de que se produzcan pérdidas directas o indirectas asociadas a errores humanos, comprende la disminución del rendimiento de los colaboradores, fraude, hurto y, sobre todo, en detrimento de la cultura organizacional de las empresas.
- El fraude y hurto afectan aproximadamente a un 40% a las compañías de menos de 100 empleados y consume, a escala internacional, el 7% de la facturación anual de las empresas. Más de la mitad de los fraudes en las empresas son descubiertos por coincidencia, derivado de la poca investigación de sus colaboradores en relación a su nivel de sobreendeudamiento, hoja de vida, entrevistas iniciales y en profundidad, y relaciones laborales anteriores, entre otras.
La solución recae en una sola alternativa: la educación”.
Problemática en las relaciones familiares y sociales
Son propicias para agravar conflictos en proceso o iniciar nuevos, pudiendo ocasionar resentimiento o ruptura de vínculos. Asimismo, deteriora los niveles de calidad de satisfacción de las necesidades básicas: alimentación, vestuario y vivienda.
Dentro de las principales consecuencias están las discusiones, la mala comunicación, el embargo de bienes o su pérdida, falta de cumplimiento de las necesidades básicas de la familia, estrés, baja autoestima, alcoholismo, violencia intrafamiliar y divorcios, entre otras.
La situación del sobreendeudamiento conlleva la reprobación social, al infringirse el cumplimiento de obligaciones económicas que llevan implícitos valores como la responsabilidad y la honradez (pagar las deudas). Junto a lo anterior, se presenta la restricción del contacto con el medio financiero que descalifica los antecedentes del consumidor a través de sus mecanismos de información comercial.
Sin duda alguna, el endeudamiento de la población va relacionado a deficiencias más allá de la falta de disposición del sistema educativo, y que su principal causa es la falta de cultura transmitida en el seno familiar. La cultura de subsistencia o supervivencia se basa en la visión del futuro más inmediato, sin reparar en los acontecimientos que van más allá de ese periodo de tiempo. La falta de previsión y planificación a corto, mediano y a largo plazo, provoca deficiencias enormes que se van arrastrando hasta la edad adulta.
La solución recae en una sola alternativa: la educación. Formar a los jóvenes y futuros empleados en la correcta administración de sus propios bienes fomenta una mayor responsabilidad y autoridad sobre las propias posesiones y promueve el sentido del valor de lo propio y de lo ajeno.
Formar a los estudiantes a lo largo de su vida escolar, facilita el nacimiento de una nueva generación de familias auto administradas y gestionadas por los paterfamilias, suficientes e independientes.
Con una educación y capacitación financiera desde temprana edad, se desarrollará una cultura de consumo responsable”.
La propuesta sería reestructurar todas las vertientes que conforman el sistema cultural de la sociedad guatemalteca para generar, en un futuro no muy lejano, individuos capaces e independientes que aporten valor. Asimismo, el desarrollo y la mejora de la educación y la cultura de la población promueven el desarrollo del propio país. Cualquier contribución, por pequeña que sea, influenciará de forma decisiva en las futuras generaciones.
Cultivar la educación financiera de los niños guatemaltecos, a través de la realización de cursos y mejoras en el sistema educativo, evitará la repetición de patrones de consumo dañinos que actualmente están en uso y fomentará la creación de nuevos hábitos que reducirán la deuda de las personas particulares y familiares.
En resumen, empresarios, trabajadores e instituciones privadas y públicas se verán favorecidos por la fuerza laboral de las siguientes generaciones, la cual, seguramente, será más profesional y emprendedora. La educación y capacitación financiera son temas poco comunes en los centros de estudio y empresas, razón por la que se merman las oportunidades de crecimiento y bienestar, sin tomar en cuenta que, con una educación y capacitación financiera desde temprana edad, se desarrollará una cultura de consumo responsable, evitando futuros sobreendeudamientos.
Por: Ing. Fernando Basterrechea | Tesorero de la Gremial de Leasing