Por: Juan Pablo de León | Director de Gestión Humana de Grupo Financiero Bantrab
La gestión del talento y la formación empresarial son pilares esenciales en el ámbito de los negocios del futuro. Con el rápido avance tecnológico y los constantes cambios en el mercado global y en consecuencia, el regional, las empresas deben adaptarse y evolucionar continuamente para mantenerse competitivas. La gestión eficaz del talento y la formación adecuada de los empleados no solo garantizan el éxito a corto plazo, sino que también sientan las bases para la innovación y el crecimiento sostenible de la organización.
La gestión del talento se centra en desarrollar y retener a individuos con habilidades y competencias excepcionales. En un entorno empresarial futuro, donde la automatización y la inteligencia artificial desempeñan roles cruciales, el talento humano se convierte en el diferenciador clave. Las empresas deben desarrollar estrategias para cultivar un ambiente de trabajo que fomente el aprendizaje continuo y el desarrollo personal.
Uno de los aspectos más relevantes de la gestión del talento en el futuro será la personalización del desarrollo profesional. Las soluciones de formación ya no pueden ser únicas para todos; en cambio, se adaptan a las necesidades individuales de cada empleado, que migran el concepto de aprendizaje transversal, a experiencias particulares, que persiguen específicamente el cierre de brechas necesario por el profesional. La tecnología desempeñará un papel fundamental en esta transformación, utilizando análisis de datos, para identificar las oportunidades para cada individuo.
La gestión del talento se centra en desarrollar y retener a individuos con habilidades y competencias excepcionales”.
Las empresas deberán invertir más en plataformas de aprendizaje con simulaciones interactivas y experiencias de realidad virtual para proporcionar una formación inmersiva y eficaz; no solo facilitarán el aprendizaje de nuevas habilidades técnicas, sino que también permitirán a los empleados practicar situaciones reales y desarrollar sus capacidades de resolución de problemas y toma de decisiones.
La formación en habilidades comportamentales (mal llamadas “blandas” en mi opinión) como la comunicación, la empatía y el liderazgo serán igualmente cruciales. A medida que las tareas rutinarias y repetitivas se automatizan, las habilidades humanas que promueven la colaboración y la innovación se volverán excepcionales.
El éxito radica en reconocer que el talento humano, potenciado por la tecnología, es el recurso más valioso para cualquier organización.