Hace unos meses, TERNOVA, una empresa del sector industrial del plástico y con plantas en El Salvador y Vietnam, anunció que se certificaba como “Carbono Neutral”, lo cual en realidad equivale a una empresa que cuenta con una huella de carbono “cero”. En la región son pocas las empresas certificadas como “Carbono Neutral”. Entre las más conocidas están Florida Ice and Farm (FIFCO), con sede en Costa Rica, y a Grupo FOGEL, con sede en Guatemala.
La frase “huella de carbono” se utiliza para medir la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que resultan de las actividades de una persona u organización. También se puede estimar la huella de carbono de países, eventos, productos y hasta servicios. El análisis de la huella de carbono en una empresa incluye la medición de procesos que generan y emiten GEI, las cantidades generadas y su composición. Medir o trazar la huella de carbono también pone de relieve el lugar donde se originan las emisiones. El análisis al detalle de estas fuentes, como los edificios, los procesos de manufactura, transporte y logística, entre otros, puede brindarle a una empresa las mejores oportunidades para reducir las emisiones y reducir el gasto global de energía.
Primeramente, la empresa tiene que medir su línea base de emisiones de GEI en toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e), debido a que el dióxido de carbono (CO2) es el GEI emitido en mayores cantidades como resultado de las actividades humanas, además de ser una manera de estandarizar todos los resultados bajo una unidad común. Lo usual es utilizar dos años de emisiones como promedio para medir esta huella de carbono inicial.
Medir o trazar la huella de carbono también pone de relieve el lugar donde se originan las emisiones”.
Ahora existen dos tipos de emisiones: las directas y las indirectas. Las directas que pueden ser de alcance 1, son aquellas que se generan por fuentes que son propiedad de o controladas por la empresa que está realizando la medición. Por ejemplo, el consumo propio de combustible fósil, así como combustible natural o biomasa utilizada para generar energía o vapor en una fábrica. Las emisiones directas también pueden ser de alcance 2, es decir, las emisiones que se generan por medio del consumo eléctrico, el cual se mide directamente por la factura anual de una empresa. El nivel de emisiones acá está supeditado a la matriz energética del país donde se opera.
Las emisiones indirectas, o sea las de alcance 3, son las que provienen de la cadena de suministro de una empresa, del transporte, logística y distribución, del mayoreo, así como del uso y post consumo del producto. También suman las emisiones generadas por los viajes de negocios de los empleados. Está claro que las fuentes de alcance 3 no están bajo control directo de la empresa, sin embargo, se puede influir en los entes que las generan para buscar que las midan y reduzcan.
Ahora bien, para obtener la “carbono neutralidad”, lo más común es que las empresas compensen las emisiones de alcance 1 y 2, más las emisiones provenientes de los viajes de negocio en líneas comerciales, que ya son de alcance 3. Entonces compensar para tener una huella de carbono “cero” implica equilibrar la cantidad de carbono liberado a la atmósfera con una cantidad equivalente retirada de la atmósfera, ya sea fijada por árboles o comprando suficientes créditos de carbono en el mercado internacional.
Apostarle a la carbono neutralidad puede brindarle a cualquier empresa una oportunidad robusta para la diferenciación y competitividad”.
En cuanto a los árboles, estos remueven dióxido de carbono de la atmósfera a través del proceso de fotosíntesis y lo almacenan en sus hojas, ramas, tronco y raíces. El carbono es capturado por el árbol a medida que este crece. Y, en cuanto a los créditos de carbono, estos son instrumentos que representan la propiedad de una tonelada de CO2e que puede ser cotizada, vendida o retirada (se cancela y se “regala” a la atmósfera, pues no se genera beneficio económico a través de este crédito, sin embargo, la reducción de emisiones sí se lleva a cabo).
Las empresas que le apuestan a la carbono neutralidad, invierten en reducir y mitigar sus emisiones de GEI y compran compensaciones o créditos de carbono (usualmente en proyectos que reducen emisiones regionales y nacionales) para cubrir lo que no se puede reducir o eliminar dentro de la misma empresa. Apostarle a la carbono neutralidad puede brindarle a cualquier empresa una oportunidad robusta para la diferenciación y competitividad, además de que demuestra su compromiso con el planeta y con las agendas climáticas de los países, de cara al cumplimiento del Acuerdo de París.
Por: Juan Marco Álvarez | Experto en Sostenibilidad Corporativa | Twitter: @jmagreen