Desde hace 40 años, cada cinco de junio, se conmemora el “Día Mundial del Medio Ambiente”, el que tiene que ver de qué manera, acciones individuales pueden provocar un cambio global positivo, de acuerdo al Programa de Naciones Unidas. (www.pnuma.org).
POR ING. KHALIL DE LEÓN
En el contexto de la globalización y liberalización comercial, la temática ambiental para las industrias conlleva realizar una serie de acciones que resultan en cambios positivos en las mismas, tales como la observancia de la legislación y de los compromisos adquiridos en la aprobación del instrumento de evaluación aplicable, así como la implementación de planes de trabajo específicos en cuanto a residuos y desechos sólidos, aguas residuales, emisiones atmosféricas y eficiencia energética, entre otros.
Asimismo, implica utilizar maquinaria con tecnología de punta y amigable con el ambiente y la necesidad de capacitar al recurso humano en temas técnicos y jurídicos sobre el particular. Lo anterior, sin olvidar las exigencias del mercado para que se cuente, con certificaciones otorgadas por entidades de prestigio y la presión social para demostrar efectivamente una Responsabilidad Ambiental Empresarial tangible.
Si luego de las anteriores reflexiones se percibe que en la gestión de su empresa lo vinculado con el ambiente es una debilidad y no una fortaleza, a continuación se comparten recomendaciones de cuatro etapas para que el manejo medioambiental se transforme en una ventaja competitiva.
Etapa 1. Medición de huella ecológica. Si se parte de la premisa de que puede manejar únicamente lo que se ha cuantificado, la industria debe, primero, entender la fuente y nivel de sus propias descargas y emisiones y, luego, comenzar a registrarlas en el tiempo. Este es un trabajo tesonero que puede resultar en una mayor conciencia sobre los temas ambientales de la empresa y dar lugar a una visión ampliada y compartida de los riesgos y oportunidades correspondientes.
Etapa 2. Análisis de riesgos y oportunidades vinculadas con los impactos ambientales adversos. Tomando en cuenta que las descargas y emisiones describen una parte de la situación, posteriormente a determinarlas, se necesita ampliar la evaluación y estimar cómo ciertas prácticas le pueden provocar daños a la empresa en el corto y largo plazo (no efectuar los tratamientos estipulados en la normativa respectiva, problemas jurídicos, mala reputación, etcétera).
Etapa 3. Adaptación a los riesgos y oportunidades. Después de analizar las formas en que los impactos ambientales adversos pueden influir, se estará en la capacidad de generar estrategias e iniciativas creativas con base en esa información. Dichas iniciativas implican desde la cada día más importantes reducciones en el consumo de energía y el requerido cumplimiento de límites máximos permisibles de descargas y emisiones, hasta la reinvención de parte de su industria.
Etapa 4. Hacer todo mejor que la competencia. Considerando que el enfoque de “le irá bien si hace lo correcto”, no es suficiente, lo que se debería hacer es procurar elaborar productos y prestar servicios más eficientemente que los competidores, lo cual implica tomar ventaja, tanto en disminuir la exposición a los riesgos vinculados con los impactos adversos al ambiente, como en descubrir oportunidades de negocios, en el marco de esos riesgos.
Si estas reflexiones en el Día Mundial del Medio Ambiente le han hecho pensar en la pertinencia de lograr que el tema ambiental sea una ventaja competitiva a favor de la sostenibilidad de su industria, es oportuno concluir que las acciones correspondientes requerirán de un decidido liderazgo de los altos mandos y de importantes inversiones, así como de un fuerte apoyo del equipo de trabajo, con propuestas proactivas e innovadoras. Adicionalmente, que tales acciones demostrarán que su empresa está orientada a generar impactos positivos en beneficio de la población guatemalteca, lo que resultará en el deseado cambio global positivo, también.