Los correos electrónicos anónimos podrían acercarse a su extinción gracias a una nueva técnica desarrollada por investigadores de la Universidad de Concordia en Canadá que permite ubicar quién es el autor de un mensaje no firmado. Hasta la fecha las autoridades pueden determinar la dirección IP –los números que apuntan a un lugar físico de conexión a la red– desde donde se originó el correo electrónico, pero eso sólo permite identificar el lugar de origen, no el autor. Pero la nueva técnica identifica patrones de escritura y es capaz de determinar si alguno de los sospechosos utiliza el mismo patrón empleado en el mensaje anónimo.
(Leído en BBC Mundo).