Por: Raúl Bouscayrol | Presidente de Cámara de Industria de Guatemala
En Guatemala, la industria de la construcción representa mucho más que vigas, concreto y estructuras. Es una expresión concreta del desarrollo nacional. El sector aporta entre el 4% y 5% del Producto Interno Bruto del país, y mantiene proyecciones de crecimiento estables, como la del 3.9% en 2024. No hablamos solo de cifras: hablamos de progreso, empleo y oportunidades.
Como Cámara de Industria de Guatemala, reconocemos que este sector es uno de los pilares sobre los que se erige nuestro crecimiento económico».
La construcción emplea al 8% de la población económicamente activa, es decir, más de medio millón de guatemaltecos. Familias enteras dependen de este rubro, y es nuestro deber asegurarnos de que lo hagan en condiciones dignas, seguras y sostenibles.
Por ello, el tema de la salud y seguridad ocupacional (SSO) no es opcional, sino prioritario. El Acuerdo Gubernativo 229-2014 establece que toda obra debe contar con un Plan de SSO antes de iniciar. Nosotros hemos asumido un rol activo en esta transformación, organizando espacios de formación como el Expo Congreso SSO, donde reunimos a expertos, empresas y autoridades para alinear esfuerzos y elevar los estándares en cada obra.
Sabemos también que la tecnología es una aliada indispensable. La renovación de maquinaria y equipo no solo eleva la productividad, sino que también reduce riesgos laborales y optimiza recursos. En ese sentido, nos hemos comprometido a seguir impulsando la modernización del sector, promoviendo el uso de herramientas más seguras, eficientes y amigables con el medio ambiente.
Además, el dinamismo de esta industria se refleja también en proyectos de infraestructura vial, logística e industrial que están marcando el ritmo del desarrollo. En 2023, el sector alcanzó un valor en Guatemala de aproximadamente US$ 3,320 millones (unos Q25,000 millones), según un análisis de Mordor Intelligence. Esto demuestra el peso real de la inversión privada y pública en obras que mejoran la conectividad, fomentan el empleo y fortalecen la competitividad nacional.
Desde Cámara de Industria, estamos convencidos de que la construcción seguirá siendo un eje estratégico para el país y un catalizador para un mejor futuro como nación. Pero no cualquier construcción: aspiramos a una industria más segura, más tecnológica, más humana. Porque cuando levantamos estructuras, también estamos levantando país.