Las implicaciones ocultas de la obesidad

A nivel mundial, el número de personas afectadas por la obesidad aumenta de manera alarmante en todos los grupos de edad y se prevé que seguirá aumentando durante el próximo decenio. De mantenerse el crecimiento de esta forma, uno de cada cinco adultos tendrá obesidad en el 2025. Es tan alto su crecimiento que actualmente el sobrepeso y la obesidad matan a más adultos que el bajo peso.

Los costos de la obesidad ascienden a más de US $990.000 millones al año, lo que representa más del 13% de todo el gasto en atención de salud. Sin contar los costos indirectos que ocasiona, como el deterioro de la productividad, la discapacidad, años de vida perdidos y una peor calidad de vida.

La Organización Mundial de la salud (OMS) identificó que seis de los países con mayor obesidad en el mundo son latinoamericanos: Venezuela, Guatemala, Uruguay, Costa Rica, República Dominicana y México.  La importancia de prevenir la obesidad radica en su influencia sobre los costos de la calidad de vida de la población y el impacto que tienen cuando se desarrollan complicaciones de la enfermedad, ya que abordando la obesidad se pueden disminuir varias enfermedades como la hipertensión arterial, diabetes mellitus, varios tipos de cáncer, problemas a nivel del sistema osteomioarticular y apnea del sueño, entre otras, y si la persona ya padece estas entidades, el abordaje del sobrepeso y la obesidad puede mejorar la compensación de las mismas y, por ende, evitar que se desarrollen complicaciones, lo que se traduce en una mejor calidad de vida.

En la Cumbre Nutrición para el Crecimiento, celebrada en Tokyo los días 7 y 8 de diciembre de 2021, la OMS anunció seis nuevos compromisos que permitirán avanzar hacia las metas de nutrición fijadas para 2025. Dentro de estos compromisos, juegan un papel determinante la extensión de las iniciativas de prevención y atención del sobrepeso y la obesidad, mediante la intensificación de las actividades que promuevan dietas seguras y saludables, y fortalezcan los sistemas de datos sobre nutrición.

La obesidad es un problema complejo que involucra, entre otras variables, dos comportamientos básicos: la sobre ingesta y el sedentarismo.

Es necesario mencionar que la obesidad es un problema complejo que involucra, entre otras variables, dos comportamientos básicos: la sobre ingesta y el sedentarismo. Esto coincide con lo descrito por Tamayo D. quien refiere que las sociedades occidentales u occidentalizadas se encuentran invadidas por una »solución», que invita al consumidor a suplir sus necesidades alimenticias con comidas rápidas, que solo implican una pequeña pausa para su consumo y que poco afectan la productividad en términos de tiempo. De igual forma, el estrés laboral asociado al afán de productividad ha traído consigo la disminución de tiempo de sueño, que a su vez puede interrumpir las hormonas del apetito, promover una mayor ingesta de alimentos, reducir el gasto de energía y cambiar la composición corporal para favorecer el almacenamiento de grasa. Además, junto con el apartado sobre ingesta, se deben analizar los apartados de antojos alimentarios donde se observan puntuaciones elevadas, lo que nos indica que existe una tendencia a saciar estos antojos de manera frecuente y, por lo general, esto se traduce en comidas con un alto contenido calórico, lo que favorece el desarrollo de la obesidad, así como el apartado de expectativas relacionadas con el comer donde se utiliza al alimento como una forma de crear sentimientos positivos que mejoren el estado de ánimo de la persona y, por ende, llevan a una sobre ingesta alimentaria.

Es necesario recordar que los hábitos de alimentación están asociados al estado emocional de las personas, debido a que se come de manera desproporcionada cuando se está alegre, triste o enojado y cuando se experimenta soledad, frustración o estrés. La llamada ingesta emocional, se caracteriza porque la persona come como una manera de suprimir o atenuar emociones negativas como la ira, el miedo, el aburrimiento, la tristeza y la soledad. Mientras que la obesidad está asociada con el aumento de afectos negativos, lo cual se refleja en emociones como angustia, ira, disgusto, miedo y vergüenza, y dichas emociones se ven favorecidas por la estigmatización social, aunque varían de persona a persona, los efectos emocionales secundarios más comunes de la obesidad son la baja autoestima, la falta de habilidades sociales, la visión distorsionada del cuerpo, la depresión, los pensamientos suicidas y el autocastigo.

Ante los índices crecientes de sobrepeso y obesidad en Guatemala, es necesario promover estudios para determinar las mejores estrategias de abordaje de la enfermedad que favorezcan un abordaje multisectorial e interdisciplinario.

Por: Dr. Erick Pavel Aguilar Vanega | Medcare Guatemala y Gremial de Seguridad y Salud Ocupacional (SSO)

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