Por: Juliana Cortez Danese | Directora de Asuntos Públicos Comunicación y Sostenibilidad de la Alianza Latinoamericana de Asociaciones de la Industria de Alimentos y Bebidas (ALAIAB).
Este año se desarrollan dos procesos internacionales clave de alto interés para distintos sectores, entre ellos la industria de alimentos y bebidas: la Reunión de Alto Nivel sobre Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT) y la segunda parte de la quinta sesión para la construcción de un Tratado Global orientado a poner fin a la contaminación por plásticos. Estos espacios reflejan la necesidad urgente de colaboración entre gobiernos, industria, academia y sociedad civil para abordar desafíos globales complejos como las enfermedades crónicas no transmisibles y la gestión de residuos plásticos.
La industria de alimentos y bebidas es un socio clave en la formulación e implementación de políticas públicas, aportando innovación, conocimiento científico y soluciones efectivas para mejorar el bienestar de la población».
Las ECNT exigen un enfoque integral que contemple la educación nutricional, la diversificación de portafolios e innovación de productos y la promoción de estilos de vida saludables.
En este sentido, la industria ha trabajado activamente para contribuir a la reducción de los factores de riesgo de las ECNT, mediante la reformulación de productos, reduciendo sodio, azúcares y grasas saturadas; ampliando el acceso a alimentos y bebidas adaptados a condiciones particulares como alergias o intolerancias; y promoviendo opciones dietéticas equilibradas, entre otros aspectos.
Por otro lado, la contaminación por residuos plásticos es otro desafío crítico que requiere un enfoque coordinado. Los plásticos son esenciales para la conservación de alimentos y bebidas, y es por ello que la industria está continuamente innovando y trabajando para hacer un uso más sostenible del material, a través de eco-diseño y el uso de materiales reciclables y reutilizables.
Ambos desafíos requieren un enfoque colaborativo y soluciones multisectoriales, que solo pueden lograrse mediante una articulación efectiva entre todos los actores involucrados. La participación activa de gobiernos, empresas, organizaciones no gubernamentales, academia y sociedad civil es fundamental. Cada uno de estos actores aporta una perspectiva única que, en conjunto, puede generar soluciones efectivas para desafíos que son inherentemente multifactoriales y globales. La colaboración y articulación entre los distintos sectores resultan fundamentales para abordar de forma integral estos retos compartidos.