La revolución tecnológica ha transformado radicalmente la forma en la que realizamos transacciones comerciales, marcando un cambio significativo en las economías formales y legales. Si bien estas innovaciones han agilizado los procesos y brindado mayor accesibilidad a los consumidores, también han traído consigo desafíos considerables, especialmente en el ámbito de las ventas a través de las redes sociales. Por ello, es importante explorar algunas de las desventajas que la tecnología ha introducido en las economías formales, con un énfasis particular en las opciones de venta en plataformas digitales y la falta de un sistema eficaz para la fiscalización y seguimiento por parte de las autoridades.
Una de las principales inquietudes se centra en las opciones de venta que proporcionan las redes sociales. Plataformas como Facebook, Instagram, X (Twitter) y, más recientemente, TikTok, han evolucionado de simples medios de comunicación a poderosos mercados en línea; sin embargo, esta transformación no ha estado exenta de desafíos. La facilidad con la que se pueden crear perfiles y contenido le permite a los «vendedores» ofrecer productos, generando un entorno propicio para el comercio ilícito. Productos falsificados, robados o de origen dudoso encuentran refugio en estas plataformas, aprovechando la relativa falta de regulación y control. En este último caso, ya podemos afirmar que existe la intención de realizar actividades ilegales. Por tanto, no podemos seguir considerando únicamente a estas personas como emprendedores en busca de prosperidad, ya que en muchos casos la malicia proviene de operaciones vinculadas a estructuras criminales.
Uno de los aspectos más inquietantes radica en la capacidad limitada de los agentes fiscalizadores y en la carencia de información o medios de prueba que le permitan dar seguimiento por parte de las autoridades encargadas de investigación y persecución. Mientras que las transacciones en mercados tradicionales suelen estar sometidas a regulaciones e inspecciones rigurosas, las ventas en redes sociales carecen de un marco efectivo que garantice la legalidad de los productos ofrecidos. La falta de una infraestructura adecuada para la identificación y verificación de vendedores y productos complica considerablemente la labor de las autoridades en la detección y prevención del comercio ilícito.
Esta falta de fiscalización no solo afecta a los consumidores, quienes pueden ser víctimas de transacciones fraudulentas, sino que también impacta negativamente en las empresas formales que cumplen con todas las normativas. La competencia desleal proveniente del comercio ilícito en las redes sociales genera un terreno de juego desigual, poniendo en riesgo la supervivencia de los negocios legítimos. Además, el Estado pierde ingresos fiscales significativos, ya que las transacciones en el mercado informal no suelen ser gravadas de manera adecuada.
Es importante destacar que no se busca demonizar la tecnología ni frenar su avance; por el contrario, se reconoce la importancia de adaptarse a los cambios y aprovechar las oportunidades que ofrece el entorno digital. Sin embargo, es imperativo establecer reglas claras que garanticen la transparencia y legalidad de las transacciones en línea.
Las autoridades deben colaborar estrechamente con las plataformas y desarrollar mecanismos efectivos de fiscalización que aborden la problemática del comercio ilícito, tales como la implementación de sistemas de verificación de identidad y registro para los vendedores en las redes sociales, así como mecanismos de seguimiento de las transacciones. Estos métodos no solo brindarían mayor seguridad a los consumidores, sino que también facilitarían la labor de las autoridades en la detección de prácticas ilegales. Asimismo, se deberían establecer sanciones claras y contundentes para aquellos que violen las normativas, con el objetivo de disuadir la participación en el comercio ilícito.
En conclusión, si bien la tecnología ha impulsado la eficiencia y la accesibilidad en las transacciones comerciales, también ha planteado desafíos significativos para las economías formales y legales. Es esencial abordar la problemática de las ventas en redes sociales, donde la falta de fiscalización facilita la proliferación del comercio ilícito. La adopción de reglas claras y sistemas eficaces de seguimiento y fiscalización se presenta como una necesidad apremiante para garantizar la equidad y la legalidad en el mercado digital, permitiendo así que las economías formales prosperen en un entorno tecnológico en constante evolución.
Por: Muriel Ramírez | Coordinadora Técnica – Ejecutiva de la Comisión de Defensa del Comercio Formal (CODECOF) de Cámara de Industria de Guatemala (CIG)