En línea con las recomendaciones internacionales, en Guatemala fue emitida la Ley Contra el Lavado de Dinero y otros Activos (LD), mediante el Decreto 67-2001, y la Ley para Prevenir y Reprimir el Financiamiento del Terrorismo (FT), mediante el Decreto 58-2005.
Aunque la mayoría de las empresas del sector real no son sujetos obligados a implementar sistemas de prevención LD/FT, no se debe olvidar que sí son riesgos a los que se pueden ver enfrentadas y, por lo tanto, deben ser gestionados.
En el riesgo del lavado de dinero, la empresa es, por lo general, víctima de un tercero que la utiliza para darle apariencia de legalidad a dinero de origen ilícito, para lo cual puede manejar diferentes modalidades como la venta de productos a precios mucho menores que los del mercado, inyección de capital a empresas en dificultades financieras y sobre y subfacturación de bienes y servicios, entre otros.
No se necesita ser un sujeto obligado para estar expuesto al riesgo”.
Sin embargo, no solo existe el riesgo de que la compañía sea utilizada. Su empresa puede resultar involucrada en un proceso penal, mencionada en una noticia de prensa o afectada operacionalmente cuando se relaciona, sin saberlo, con un cliente, proveedor, empleado, socio, destinatario de una donación, distribuidor o aliado estratégico que ha sido condenado por lavado de dinero, sus delitos fuente, financiamiento al terrorismo o que ha sido incluido en una lista internacional por las mismas conductas.
En este contexto, reiteramos que no se necesita ser un sujeto obligado para estar expuesto al riesgo. Por lo tanto, atendiendo a las mejores prácticas internacionales en la materia, recomendamos que cada empresa implemente de forma voluntaria un sistema básico de prevención de LD/FT que contenga una política antilavado, un procedimiento de conocimiento de todas sus contrapartes que incluya la consulta de antecedentes, capacitación a sus empleados en esta materia, monitoreo de sus transacciones en busca de señales de alerta y la identificación, medición, control y monitoreo de sus riesgos particulares de LD/FT, entre otras.
Finalmente, es bueno resaltar que la implementación de estas medidas, además de minimizar la probabilidad de que se materialicen estas situaciones con el impacto que tendrían para la compañía, también generan valor para la misma, ya que la convierten en un cliente, proveedor o inversión más segura y mejora su percepción de riesgo a nivel internacional, con el consecuente aumento de su competitividad.
Por: Camilo Andrés Rueda | Socio Director de Rics Management Guatemala