Los bifenilos policlorados (PCB, por sus siglas en inglés) son fluidos viscosos, incombustibles y no biodegradables, utilizados en lugar del aceite mineral en transformadores eléctricos, capacitores y condensadores, entre otros. Son compuestos clorados, no presentes naturalmente en el ambiente, térmica y químicamente estables. La mezcla de PCB y solventes, que es la forma en que se usan en transformadores eléctricos, se llama genéricamente askarel.
Poseen la capacidad de mantenerse inalterados en el medio ambiente por largos periodos de tiempo, lo que se denomina persistencia. Al liberarse en el ambiente pueden propagarse ampliamente por procesos naturales en los que intervienen suelo, agua y aire. Por sus características, se consideran Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP) y están incluidos en los doce contaminantes más peligrosos del planeta. En 1979 se prohibió la producción comercial del PCB. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) los clasificó como categoría 1 cancerígena.
¿Qué pasa en Guatemala?
Guatemala firmó y ratificó el Convenio de Basilea, que regula los movimientos transfronterizos de desechos peligrosos y su eliminación, y el Convenio de Estocolmo sobre COP y la eliminación de los PCB a nivel mundial, el cual da como plazo hasta el 2025 para eliminar el equipo instalado y que, a más tardar, para el 2028, deben tratarse y eliminarse de manera ambientalmente racional. También exige a los gobiernos que tomen medidas para reducir las emisiones de PCB con la meta de eliminarlos de forma definitiva.
De manera oficial se adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), definiendo metas priorizadas para el país como la número 12: garantizar modalidades de consumo y producción sostenible; y la 12.4: para el 2020, lograr la gestión ecológicamente racional de los productos químicos y de todos los desechos a lo largo de su ciclo de vida.
Uno de los mayores problemas es la contaminación cruzada”.
Se cuenta con el Acuerdo Gubernativo 194-2018: Reglamento para la gestión integral de bifenilos policlorados (PCB) y equipos que los contienen, donde se regula lo relativo a la gestión ambientalmente racional de PCB, ubicados en el territorio nacional. Algunos plazos importantes de cumplimiento mencionados en dicho acuerdo son la identificación, clasificación y etiquetado de PCB para el 31 de diciembre 2022; la disposición final para el 31 de diciembre de 2027; y el retiro de uso para el 31 de diciembre de 2024.
Uno de los mayores problemas es la contaminación cruzada, ya que se han dado casos de reúso del aceite contaminado o mantenimiento de transformadores, utilizando equipos contaminados con PCB. Por lo anterior, es importante que los propietarios de equipos y las empresas de mantenimiento conozcan los requisitos y las responsabilidades para la correcta operación y mantenimiento de equipos con aceite dieléctrico.
Alternativas de eliminación
Independientemente de la cantidad de equipos, se tienen dos opciones válidas y comprobadas para la eliminación en Guatemala: el tratamiento in situ para bajas concentraciones a través de un proceso de declorinación de aceite y exportación de partes metálicas; y las altas concentraciones como exportación de transformadores y aceite para disposición final.
La tecnología a seleccionar dependerá del grado de contaminación y valor de los activos eléctricos. Por ejemplo, en casos de bajas concentraciones de PCB, puede ser mejor pagar una descontaminación del aceite a una eliminación por exportación, ya que, aunque el precio por kilogramo sea más caro, el valor del activo que se preserva puede compensar el sobrecosto.
Un factor importante que se debe tomar en cuenta es que, en caso de una exportación, la gestión puede ser compleja a nivel logístico y de permisos para cumplir con los requisitos del Convenio de Basilea. Si se realiza la descontaminación a nivel local, se debe considerar el cumplimiento con la legislación nacional y con el instrumento ambiental aprobado y vigente.
Por: Pablo César Aníbal Saravia Solares | Director General de REPELSA