Guatemala es uno de los países más vulnerables frente a las variaciones del clima, lo cual se ve reflejado en el Índice Global de Riesgo Climático de Germanwatch (2017), quien posiciona al país en el noveno lugar. Cada año, una serie de eventos relacionados a inundaciones, deslizamientos y sequías, entre otros, se combinan con las condiciones políticas, sociales, económicas, de infraestructura antigua y no resiliente de la región guatemalteca, generando alta vulnerabilidad en el territorio nacional. Otro informe más reciente de Germanwath (2021), menciona que los países en desarrollo se ven altamente afectados por los impactos en las variaciones del clima, debido a su baja capacidad de enfrentar las tragedias climáticas y sobreponerse a ellas.
Recientemente, los huracanes Eta e Iota azotaron la región Centroamericana, generando daños considerables en la agricultura, economía e infraestructura. En Guatemala, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se produjeron daños que dejaron pérdidas de 780 millones de dólares, principalmente en las carreteras y puentes con más de 70 años de existencia, diseñados bajo análisis climáticos que ya no corresponden a los actuales por los cambios en las dinámicas naturales locales del esparcimiento del agua, el crecimiento poblacional y la ausencia de ordenamiento del territorio.
Ya existe un plan de desarrollo vial (2018-2032) que promueve la conectividad de Guatemala”.
Por su parte, los países desarrollados realizan análisis y modelajes climáticos que les permiten crear diseños aptos en su infraestructura para enfrentar las variaciones del clima. Son proyecciones que se hacen con profesionales capacitados y el uso de softwares especializados que incluyen una cantidad considerable de variables: tipo y permeabilidad de suelos, geologías locales, porcentaje de vegetación y proyecciones de lluvias intensas que se repiten cada 100 años o más.
Esa dinámica obliga a realizar inversiones mayores. El informe de Infobae (2022) describe que construir una carretera en América Latina es 7 veces más costoso que en Alemania o España. Son varias las causas, pero las más importantes son la complejidad de la topografía quebrada y montañosa, la estabilidad de los cortes, el sobrecosto de los rellenos y su estabilización, la cantidad de puentes y conectores, entre otros. Estos sobrecostos no toman en cuenta la inversión adicional de la resiliencia.
Ya existe un plan de desarrollo vial (2018-2032) que promueve la conectividad de Guatemala. Es relevante la revisión, actualización y aprobación de las políticas públicas, que consideren la adaptación a la variación del clima. Si no se logra tener una estructura adaptada, no se logrará un desarrollo sostenible.
Por: MSc. Juan Ramón Aguilar Ibarra