Es probable que a estas alturas muchas personas aun no han considerado invertir en bitcoin como una opción a la diversificación de sus portafolios de inversión. Sin embargo, no debemos perder de vista que como país estamos en la órbita inmediata de la adopción de bitcoin como sistema de intercambio de valor a nivel mundial. El Salvador, en 2021, adoptó el bitcoin como moneda oficial junto al dólar, y como consecuencia directa de esta decisión, ha recibido una romería de multimillonarios dispuestos a invertir en el país, impactando positivamente en el turismo y en el precio de la tierra, entre otros.
Nayib Bukele tomó esta decisión, impulsado por la creciente inflación causada por la Reserva Federal, y al tener casi nada de herramientas para controlar esta inflación, la adopción de un sistema monetario antagónico al dólar, hace más que sentido. Esto causó preocupación en la comunidad internacional, solo el Fondo Monetario Internacional (FMI) canceló un crédito de un millardo para El Salvador.
Lo que debe ser sujeto de estudio y análisis es el antagonismo del bitcoin ante el dólar. No es simplemente una divisa más o una “moneda de internet” como comúnmente se le llama, es una tecnología que no es buena ni mala intrínsecamente. Aunque se presta para muchas otras cosas más, propone un sistema monetario deflacionario, donde existe escasez programada y donde sabemos, en tiempo real, cuántas unidades hay en circulación, cuántos bloques hacen falta para que se genere la siguiente ola de escasez y cuántos usuarios tiene exactamente. Esta escasez programada, más la adopción acelerada de esta tecnología, es la receta perfecta para el aumento de su valor respecto del dólar.
Bitcoin es un algoritmo manejado por una red interconectada de computadores con reglas claras y verificables. El M1 estadounidense, masa monetaria circulante, supera los 20.5 billones de dólares, de los cuales el 80% fueron generados en los últimos dos años. Hoy con los mismos dólares de hace dos años, compramos casi un 30% menos, mientras que con el bitcoin comprado hace dos años, hoy compramos un 400% más.
Una de las barreras de entrada que genera más cuestionamientos es la volatilidad a corto plazo del bitcoin. A menudo le digo a las personas que no se fijen en los máximos anuales, sino en los mínimos y verán una clara tendencia al alza. Bitcoin aún tiene mucho por recorrer, conforme la adopción mundial vaya creciendo. De momento solo el 2% de la población mundial tiene al menos una fracción de bitcoin.
Por: José Luis Guillén | Cofundador de COINCAEX y presidente de la Asociación Centroamericana de Usuarios de Criptomonedas (ACUCRIP)