Durante más de 120 años, Progreso ha impulsado distintas soluciones en la industria de la construcción, administrando riesgos para garantizar la sostenibilidad del negocio. En los últimos años Guatemala ha enfrentado distintos retos relacionados a la falta de empleo o fuentes de trabajo, desnutrición, migración, desastres naturales, invasión a la propiedad privada, tala ilegal de bosques e implicaciones del covid-19 en comunidades y población en general, entre otros. Lo anterior representa un riesgo para la sostenibilidad de cualquier negocio, ya que son situaciones que afectan al mercado, sociedad, inversionistas, comunidades y a la misma empresa. Progreso desarrolló una forma innovadora de transformar estos riesgos en oportunidades, creando en enero del 2020 la unidad AgroProgreso, la cual tiene como rol la habilitación de las operaciones de las distintas unidades de negocio de la corporación, generando valor compartido de manera autosostenible.
Para lograr lo anterior se desarrolló AgroProgreso fundamentado en un modelo de negocio que habilita las operaciones industriales a través de proyectos en las fincas, iniciativas de generación de valor compartido con las comunidades, servicios a clientes internos y externos, viveros y estrategias desde las perspectivas agrícola, forestal, revegetación, biodiversidad, artesanal y turismo.
Esta iniciativa de sostenibilidad es un modelo de gestión innovador en la región, porque dentro de un grupo de negocios orientados a soluciones para la industria de la construcción, se crea una unidad agroforestal que genera valor económico al y resuelve retos políticos, sociales, ambientales y de mercado, de la mano con las comunidades, autoridades locales y regionales, y alianzas con instituciones públicas y privadas, entre otros actores.
De enero de 2020 a la fecha se han generado motores de desarrollo económico y encadenamientos empresariales en comunidades que han impactado positivamente a familias del centro, oriente, norte y occidente del país a través de Finca El Pilar, ubicada en San Juan Sacatepéquez y Finca San Miguel Río Abajo, ubicada en Sanarate, permitiendo que se mejoren condiciones de salud, vivienda, nutrición y educación. También se ha contribuido con más de 1.5 millones de árboles a distintos programas de reforestación y captación de CO2 a través de Agrobosques.
Este modelo es replicable en cualquier industria que busque nuevas formas o ideas para mejorar sus estrategias de sostenibilidad. Mientras más lo hagan, estaremos construyendo juntos el país donde queremos vivir.
Por: AgroProgreso