Hemos entrado en una nueva etapa de la pandemia que, una vez lograda, permitirá la eventual normalización de la actividad social y económica.
Colaboración especial: Alejandro Ortiz
Gerente de Banca Empresa
Banco Industrial, S.A.
[email protected]
Sin duda alguna, el impacto económico de la pandemia de la COVID-19 se ha hecho sentir en todo el mundo. Desde principios de 2020, muchas cosas cambiaron y los efectos seguirán, en algunos casos, para siempre. Cada país ha hecho frente a esta situación en forma distinta, ya que los efectos han sido desiguales y han afectado muchos ámbitos de la vida de las personas; tanto en lo social, lo económico, la educación, el consumo, entre otros factores.
En América Latina, Guatemala ha sido de los países que mejor ha librado la crisis, logrando ser el país de toda América que menos ha contraído su economía a razón de 1.5% del PIB durante 2020, de acuerdo a cifras del Banco Mundial. Adicional a esto, en lo sanitario, Guatemala también ha logrado mantenerse en el nivel de contagio, mostrando en la actualidad, un índice de 40.7 por cada 100 mil habitantes, muy cercano al promedio mundial de 40.1 de acuerdo a Worldmeter, y muy por debajo de países más avanzados económicamente y con mejores sistemas públicos de salud.
Lo anterior se ha logrado a través de una mezcla virtuosa de factores positivos, como la resiliencia de su población y la aplicación de las medidas preventivas, la edad promedio de la población y la pronta acción de actores importantes, tanto en el ámbito privado como en el público, tomando decisiones y acciones oportunas.
No obstante, debemos estar conscientes que hemos entrado en una nueva etapa de la pandemia: la vacunación de la población, que, una vez lograda, permitirá la eventual normalización de la actividad social y económica. Es la última milla, el equivalente a los últimos dos metros de nado antes de alcanzar la orilla o el minuto 90 del partido de futbol para levantar la copa y finalmente celebrar la victoria.
Es importante reconocer que, a pesar de que el Gobierno ha realizado los esfuerzos por aprovisionar al país de la vacuna, hasta ahora no hemos logrado avanzar tan rápido como deberíamos. En este momento es clave unir esfuerzos entre sector público y privado para que en las próximas semanas y meses, la vacunación en el país avance con la celeridad necesaria para que la población, finalmente, se pueda sentir tranquila de estar inmune al virus y reestablecer su actividad en forma prácticamente normal.
En cuanto a la nueva normalidad, aún se desconoce, pues ante todo, la normalidad no la viviremos en su expresión total hasta que no estemos todos inmunizados. Es decir, aún no está 100% claro, cómo se verá impactada en el largo plazo la actividad mundial hasta que tengamos seguridad que el virus ya no es una amenaza grave a la salud de la población. Una vez obtenida esta convicción, entonces podremos ver cuáles de aquellos patrones de conducta serán los que prevalecerán en el largo plazo.
Reactivación
Pareciera que las perspectivas son alentadoras ya que, según proyecciones del Banco Mundial, la economía guatemalteca crecerá un 4.5% durante 2021. Las remesas familiares están creciendo a un ritmo muy acelerado, impactando positivamente el consumo interno, los precios internacionales de nuestros principales productos de exportación se encuentran estables y con una leve tendencia hacia el alza, la inversión extranjera directa está viniendo, internamente hay liquidez, estabilidad cambiaria y de las tasas de interés y una inflación controlada, y ante esto surgen algunas preguntas:
¿Cómo podemos aprovechar este entorno favorable para desarrollar nuestra actividad económica? ¿Cuáles serán los factores clave de éxito, que permitirán a las personas y empresas desarrollar su actividad productiva de la mejor manera posible, asegurando su supervivencia y su desarrollo?
A continuación, algunos puntos importantes:
- Adaptación al cambio en forma rápida y eficiente.
- Identificación de nuevas oportunidades que surgen a través de los nuevos patrones de conducta social, de consumo, aprovechando la disrupción del comercio internacional y habiendo identificado las nuevas herramientas disponibles para realizar su actividad productiva.
- Y sin duda, lo más importante, así como lo hemos hecho en el pasado y como lo hicimos durante el inicio y desarrollo de la pandemia, los guatemaltecos debemos unirnos, sector público y privado, actores de todos los gremios para hacer un frente unido al esfuerzo de vacunación de la población para reestablecer la normalidad en el país. Especialmente en cuanto a la locomoción, los horarios de atención del comercio y la actividad económica sin restricción en general. Solo así podremos dejar atrás este capítulo y podremos decir que lo hemos sobrellevado unidos con la frente en alto, que hemos salido más fuertes y listos para seguir enfrentado los retos que vengan en el futuro, en este mundo donde la única certeza es el cambio constante.