Una de las tareas más difíciles a la que muchas empresas se enfrentan es convencer o evidenciar los beneficios que genera tener un programa de cumplimiento, el por qué invertir en la formación de los empleados, en cuanto a valores institucionales y por qué gastar en expertos en el tema.
La integridad empresarial no se construye con intenciones o acciones aisladas, la integridad empresarial se fundamenta en un comportamiento de la empresa con sus grupos de interés guiado por la ética, el respeto y la reciprocidad, que busca armonizar los intereses con los de esos grupos para obtener confianza, legitimidad y reconocimiento.
«Una clave para obtener estos beneficios es ocuparse del activo más importante de las empresas: las personas»
Pero aun sabiendo esto, ¿cómo convencer a la alta dirección, grupo familiar o a uno mismo de invertir tiempo y recursos en iniciar un proceso que continuamente permita asumir el compromiso de generar una cultura interna de cero tolerancia a la corrupción?
Existe esta lista de beneficios que pueden evidenciar los resultados positivos de la integridad empresarial:
1. Se fundamenta una imagen positiva de la empresa y aumenta considerablemente con el tiempo.
2. La comunicación e interacción entre empleados se vuelve más amena, ya que todos comparten los mismos principios y valores. Porque se les forma en el valor que esto genera en la empresa y para su vida personal.
3. La transparencia, como un mecanismo útil para evidenciar el compromiso. Se convierte en una práctica recurrente que genera confianza más que una política empresarial.
4. Las decisiones de los empleados, no presentan conflicto de intereses porque conocen la definición y cómo mitigarlo.
5. Generar solidez en la cultura organizacional, siendo un pilar fundamental para el crecimiento.
6. En un mundo que se ocupa, no solo de lo que se ve, sino todo lo que está detrás, le da una oportunidad a las empresas más competitivas.
7. Se construyen relaciones que perdurarán, generando confianza con los clientes, socios, proveedores y todos los grupos de intereses.
Una clave para obtener estos beneficios es ocuparse del activo más importante de las empresas: las personas. Esto facilitará un mejor y más eficiente desempeño, lo que contribuirá considerablemente a su crecimiento y buena imagen, por ende a la integridad de la empresa.
No existe un tamaño de empresa que no deba ocuparse del clima laboral para promover la integridad, toda empresa busca sostenibilidad y crecimiento constante, pero si no conocemos nuestros riesgos o bien decidimos no gestionarlos adecuadamente, seguro el impacto representará pérdidas significativas.
No es ningún secreto que la corrupción está en casi todas partes y tiene diferentes formas de manifestarse: soborno, extorsión, tráfico de influencias y otros que han provocado que empresas se vean envueltas en escándalos de contratos, licitaciones fraudulentas y otras que han encendido las alarmas en la forma en la que se ha dejado a un lado el fortalecimiento de las prácticas de integridad empresarial.
Desde GuateÍntegra se continúa ofreciendo oportunidades de formar a empresas para brindar los conocimientos y acompañar el proceso de un mundo empresarial guatemalteco, que se caracterice por las mejores prácticas de integridad y generar nuevas oportunidades de crecimiento al motor de nuestro país.