Astrid Perdomo
Coordinadora de sostenibilidad CIG
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Responsable de cumplimiento, es una de las carreras que podrá tener mayor crecimiento en un mundo empresarial que va generando cada vez, más necesidad de visibilidad. La persona que ocupe este cargo es quien guardará una buena ciudadanía corporativa; el trabajo abarca desde la creación y aplicación de pautas y políticas que garanticen la integridad de la empresa, hasta la promoción de estándares y valores éticos que formen una cultura sólida en los lugares de trabajo.
Los oficiales de cumplimiento, como se le llama en la mayoría de empresas, son los investigadores atentos a cualquier oportunidad que pueda poner en riesgo la integridad. Este puesto, se ha vuelto vital en muchas compañías y existen fuertes indicios que se está inclinando hacia el dominio femenino.
Es alentador, desde una perspectiva de diversidad en el lugar de trabajo y oportunidades de empoderamiento, que las mujeres desempeñen roles de cumplimiento. Pero es igualmente importante, que estas mujeres profesionales del cumplimiento están obteniendo espacios en posiciones de liderazgo en las que realmente puedan mover el cuadrante de la ética corporativa.
Uno de los aspectos claves de este puesto, es que son de alta influencia y pueden representar un avance significativo en alcanzar puestos de liderazgo. Esta es una oportunidad de oro para mejorar, verdaderamente, el liderazgo de las mujeres y para aprovechar mejor a estas profesionales para reconstruir la reputación maltratada de la ética corporativa que es el resultado de una década lamentable de escándalos, daños y una completa erosión de la confianza.
El cumplimiento en las empresas, es vital para que la mujer trabajadora pueda explotar su potencial en una ecuación de gana-gana, en la que fortalece aspectos claves en la sostenibilidad, ética e integridad de los negocios.
Por supuesto, es oportuno hacer la aclaración que no es un rol exclusivo para una mujer, ya que lo importante no es el género de quien ocupe el puesto, si no el compromiso y mística de trabajo que esté detrás del profesional.
El Día Internacional de la Mujer es un momento oportuno para conmemorar la lucha por su participación dentro de la sociedad, pero no una participación sin significado, sino por el contrario, un proceso de desarrollo íntegro como persona.