Paola Quezada
Coordinadora de Asuntos Interinstitucionales
Coordinadora técnica ICC Guatemala
La pandemia por la COVID-19 ha introducido nuevas palabras y frases que antes no eran comunes escuchar: aplanar la curva, distanciamiento social, cuarentena, confinamiento, bioseguridad, asintomático, entre otras. Una de las más recientes utilizada por expertos es el nacionalismo de las vacunas (vaccine nationalism).
El nacionalismo de las vacunas ocurre cuando los países establecen acuerdos con laboratorios fabricantes de vacunas contra la COVID-19, para asegurar millones de dosis para su población, antes de que las vacunas puedan estar disponibles para otros países.
La International Chamber of Commerce (ICC), representada en Guatemala por Cámara de Industria, junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) han dado a conocer su preocupación al respecto, y afirman que la respuesta a la pandemia, y el acceso a la vacuna es un grave problema que le corresponde a todos los países.
«Garantizar el acceso equitativo a las pruebas, tratamiento y vacunas de COVID-19 no solo es el camino correcto, sino que hacer lo contrario caería en irresponsabilidad económica»
John Denton, Secretario General de ICC.
Las consecuencias que conlleva el nacionalismo de las vacunas fueron evidenciadas en un estudio hecho por la ICC Research Fundation, en el que se encontró que la economía mundial puede perder hasta $9.2 billones, si no se garantiza el acceso a las vacunas para la población mundial. Cabe destacar que son las economías más desarrolladas quienes asumirán la mitad de los costos de dicha pérdida.
John Denton, Secretario General de ICC puntualizó en que “ninguna economía por grande que sea, será inmune a los efectos del virus hasta que la pandemia termine en todas partes”. Lo anterior debido a que las cadenas de suministros globales reflejan la interdependencia que se tiene entre los países desarrollados y los países en desarrollo.
La ICC está apoyando la iniciativa de la OMS llamada Access to COVID-19 tools (ACT) Accelerator, para acelerar el desarrollo y la fabricación a gran escala de vacunas y tratamientos, para que puedan estar disponibles para todas las naciones. Esta iniciativa tiene como objetivo recaudar $38 mil millones, de los cuales únicamente $11 mil millones han sido asegurados hasta el momento. La brecha restante de $27 mil millones puede parecer una gran suma, pero es una cantidad pequeña cuando se compara con el costo de dejar que la pandemia continúe.