En consulta con los pueblos de Centroamérica. Movilizando la inversión privada en la región.
Colaboración especial:
Edgar Villanueva / director ejecutivo
U.S.-Guatemala Business Council
www.usg-bc.org
Movilizar la inversión privada en la región es uno de los pilares de la estrategia del Plan Biden para Centroamérica. Si bien, este plan todavía no es un plan de Gobierno, podemos afirmar con poco margen de error, que movilizar la inversión será tan importante con una administración demócrata, como lo fue con América Crece en el gobierno republicano. Las preguntas del millón son dos, ¿cómo y a dónde movilizarla?
La primera pregunta tiene respuesta en el plan mismo. Este establece que la inversión del Gobierno y la cooperación no son suficientes para generar oportunidades sostenibles y que únicamente la inversión privada puede hacerlo. Acto seguido enumera las acciones prioritarias que considera necesarias para impulsar el crecimiento económico en la región:
• Trabajar con bancos multilaterales de desarrollo para promover infraestructura e inversión extrajera.
• Reducir las barreras a la inversión fortaleciendo el Estado de Derecho y a través de la modernización y competitividad de procesos aduanales.
• Asegurar que los países del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y los Estados Unidos (DR-CAFTA) están cumpliendo con sus compromisos laborales.
• Reforzar las micro finanzas con prioridad en mujeres y las remesas.
• Centrar esfuerzos en la modernización de las redes eléctricas, puertos y carreteras de la región, con un énfasis en duplicar la capacidad del Sistema de Interconexión Eléctrica para Países de América Central (SIEPAC).
Con respecto a la segunda pregunta, el Plan Biden nos expone claramente los intereses estadounidenses en la región y sus prioridades, pero no indica, cómo lo hizo cuando surgió en la región el Plan de la Alianza para la Prosperidad en el Triángulo Norte de Centroamérica (A4P), hacia dónde propone movilizar la inversión.
Desde el U.S.-Guatemala Business Council (USG-BC), consideramos que, antes de movilizar la inversión, Estados Unidos y los Gobiernos de Centroamérica, deberían escuchar al Sector Privado de sus países para determinar, en colaboración con estos, dónde están las prioridades coincidentes. Esta dinámica derivaría en planes de acción para abordar operativamente las prioridades nacionales y regionales, así como establecer cuáles son las lecciones aprendidas del A4P que no se deben repetir si queremos ver iniciativas exitosas y con impacto. Por ejemplo:
Las multilaterales financieras ya tuvieron un rol de un plan regional y podrían aportar a las lecciones aprendidas.
• El nuevo liderazgo en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) abre la oportunidad de analizar los errores del pasado y proponer una manera más eficiente para que las multilaterales se integren a los planes de desarrollo regional.
• Asimismo, la coyuntura presenta otras oportunidades que se pueden aprovechar como el enfoque en infraestructura que propone el Plan Biden, pues en el marco de América Crece varios países han firmado memorándums de entendimiento que tienen como prioridad infraestructura y energía.
Es importante resaltar que el fortalecimiento del Estado de Derecho y el combate a la corrupción deben ser temas prioritarios para generar Certeza Jurídica para las inversiones. En paralelo, y al mismo nivel de importancia, debemos combatir otros temas como el contrabando y también recurrir a formas creativas para reducir la discrecionalidad gubernamental que genera corrupción. En este último ámbito, varias empresas y tanques de pensamiento han estado impulsando una agenda de conectividad y digitalización que desde el USG-BC apoyamos y consideramos que debe ser parte de los planes regionales.
Finalmente, el Plan Biden también menciona integración energética e incrementar la capacidad de SIEPAC. Este es un tema donde Centroamérica había tenido avances sustanciales que han puesto a algunos países en la capacidad de vender energía a precios accesibles y así, facilitar la generación de empleo. Estados Unidos puede jugar un rol en motivar a algunos Gobiernos a permitir que el mercado funcione libremente.
Para aterrizar estos temas consideramos que en los primeros 60 días de Gobierno, la administración Biden debería convocar a una reunión que hemos bautizado con el nombre Diálogo Estados Unidos – Centroamérica para la prosperidad. Esto permitiría que los Gobiernos y sectores privados de todos los países involucrados compartan sus prioridades en materia económica y que se integren equipos técnicos para desarrollar un plan regional a partir de un número reducido de prioridades que podrían incluir:
• Infraestructura vial y para el comercio (aduanas, puertos).
• Integración y libre mercado regional de energía.
• Reducción de la burocracia y costos de creación de empresas.
• Mayor conectividad de Internet y agenda digital.
• Certeza jurídica y combate a la corrupción.
Sin escuchar los retos y prioridades nacionales y regionales, será muy difícil generar una estrategia que aborde eficientemente la principal causa de la migración irregular, la falta de oportunidades económicas.
Lea la parte 1.