El cemento de Guatemala, es uno de los que se produce con enfoque más verde, a nivel mundial.
Daniel García / Gerente de Ambiente CIG
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La mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero es necesaria y la adaptación a los efectos adversos del cambio climático es esencial, especialmente en los países en desarrollo. Según el Programa de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente (PNUMA, 2009), aunque los efectos negativos de la variabilidad climática son a escala mundial, todas las previsiones apuntan a que las áreas intertropicales resultan ser las más frágiles y expuestas, y por ello lo sufrirán con mayor intensidad.
De acuerdo con el Banco Mundial (2019), para 2012, Guatemala representaba cerca de un 0.059% de las emisiones globales y es una economía en vías de desarrollo. El país adquirió voluntariamente ante la Convención Marco de Cambio Climático, un compromiso legalmente vinculante que lo obliga a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 11.2% para 2030 con base en la proyección realizada a ese año, utilizando la tendencia de las emisiones reportadas en los inventarios nacionales de los años 1990, 1994, 2000 y 2005.
Lograr este compromiso internacional adquirido requiere de una serie de políticas públicas, acciones, inversión y la contribución de los sectores productivos del país, organizados e independientes.
El Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN, 2015), los principales sectores emisores en Guatemala son los siguientes:
• Uso de la tierra, cambio de la tierra y silvicultura (UTCUTS) con 27.02%
• Agricultura y ganadería, 25.47%
• Energía, 19.56%
• Transporte, 19.12%
• Industria, 4.90%
• Desechos, 3.92%
A pesar de que el sector de Industrias Manufactureras es el segundo sector que menor aporte representa a la emisión nacional de GEI, es el segundo sector productivo con mayor contribución al Producto Interno Bruto (PIB), representando para 2020 un 13.8% del total de país, de acuerdo con datos de Cámara de Industria de Guatemala (CIG, 2021).
Caso de éxito a nivel mundial, desde Guatemala
El cemento es un material de construcción utilizado a nivel mundial que se fabrica a partir de la molienda de clinker y otros minerales como yeso y puzolana. El clinker se produce a través del piroprocesamiento de la piedra caliza y otros ingredientes a una temperatura de aproximadamente 1 mil 450°C.
Este proceso, genera la descarbonatación de la piedra caliza pasando de carbonatos a dióxido de carbono, el cual es emitido a la atmósfera. Estas emisiones representan alrededor del 60% del total de las correspondientes a la Industria del Cemento. Debido a que las emisiones son producto de la naturaleza de la materia prima, no es posible reducirlas o hacerlas más eficientes, por lo menos en el proceso de piroprocesamiento.
En virtud de lo anterior, desde 1990, a nivel mundial se han realizado investigaciones con materiales adicionales para reducir la cantidad de clinker que se utiliza en el cemento final, lo que por consiguiente reduce la cantidad de dióxido de carbono emitido por kilogramo de cemento producido. En conclusión, entre menos clinker, menos emisiones.
Esta investigación genera la necesidad de contar con aditivos que sustituyan un porcentaje del clinker, sin comprometer las propiedades de resistencia del cemento, por lo que no es posible aplicarlas en todas las regiones del mundo, ya que depende de la cantidad y calidad de las materias primas de las que cada país disponga.
En Guatemala, la inversión en investigación y desarrollo ha permitido reducir constantemente este factor, logrando para 2018 un valor de factor clinker de 69.10%, muy por debajo del valor medio de referencia del mundo que es de 75%, de acuerdo con datos del Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC, 2006), estando por debajo de los valores reportados por todas las regiones, hace del cemento de Guatemala, uno de los cementos que se producen con enfoque más verde a nivel mundial.
Adaptación al cambio climático con concreto
“Según los expertos, los sucesos que se produzcan por condiciones meteorológicas extremas, como inundaciones, aumentos del nivel del mar y desastres naturales, impondrán exigencias sin precedentes a la sociedad haciendo necesaria la construcción urgente de edificios e infraestructuras seguras. El hormigón, material basado en el cemento, debe desempeñar un papel fundamental a la hora de ayudar a la sociedad a adaptarse y afrontar el impacto del cambio climático de forma asequible”, The European Cement Association, CEMBUREAU, 2017.
Cuando se producen condiciones meteorológicas extremas es esencial tener un entorno seguro para proteger a los ciudadanos. Como se ha observado
en los últimos años, los períodos largos de sequía pueden facilitar la aparición de incendios y por el otro lado, los eventos hidrometeorológicos extremos que generan lluvias abundantes y frecuentes, pueden aumentar el riesgo de inundaciones. También puede desempeñar un papel fundamental a la hora de garantizar un suministro seguro y fiable de agua potable y energía. Además, no solo protege a las personas físicamente frente a condiciones extremas, sino que, gracias a su inercia térmica, el concreto aumenta el confort térmico al minimizar o evitar el sobrecalentamiento durante las olas de calor, especialmente en combinación con la ventilación natural y una adecuada arquitectura de construcción.