Astrid Perdomo
Coordinadora de sostenibilidad CIG
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El 9 de diciembre se celebra el Día Internacional Anticorrupción, pero ¿qué significado tiene la conmemoración de un día que se ha proclamado para un fin específico? ¿tener un día nos hace conscientes de la importancia del problema?
Es importante que cada persona dé una valoración a la conmemoración de este día internacional, para esto es oportuno invitar a la reflexión y recordar por qué existen y se han proclamado estos días.
Los días internacionales tienen como propósito sensibilizar, concientizar, llamar la atención, señalar que existe un problema sin resolver, un asunto que es importante y pendiente en las sociedades para que todos los involucrados actúen y tomen medidas al respecto.
Entonces, ¿qué tan sensibilizados estamos en cuanto al problema de la corrupción? ¿en qué hemos aportado? ¿cuánto nos afecta? cada persona tiene una respuesta a estas preguntas, lo más probable es que coinciden en que la corrupción nos afecta tanto de forma directa como indirecta.
Una vez que estamos sensibilizados debemos actuar o continuar actuando, porque todos podemos asumir un rol y liderazgo activo que fomente más sensibilización. Con este propósito en mente, es muy probable que esta tarea se convierta en un auténtico reto, pero esto no debe detener la acción.
Para que este día tenga un valor y nos haga recordar nuestro aporte positivo, por mínimo que sea, es oportuno plantear tres puntos que de manera concreta provocan un liderazgo comprometido en la lucha contra la corrupción y otros fines que requieren líderes:
1. Fijar metas y expectativas es imprescindible, como personas afectadas debemos aclarar cuál es nuestro rol y fijarnos metas que nos marquen una determinación que orienta comportamientos y esfuerzos anticorrupción, puede ser poco a poco, pero los resultados motivan a seguir.
2. Predicar con el ejemplo, actuar en lo público y lo privado de forma ética y honrada. Albert Einstein dijo que “el ejemplo no es la mejor manera de enseñar, es la única” y esta frase, cobra especial sentido cuando tomamos responsabilidad y al hacerlo aplicamos la honestidad, ética, integridad y autenticidad, en cualquiera que sea el rol que tengamos provoca evaluarnos y mejorar para ser modelos de comportamientos que deseamos ver en otros.
3. Escucha activa y comunicación efectiva, esto implica varios puntos como observar y preguntar, ser flexible, generar confianza y apertura y también demostrar firmeza hacia lo que defendemos. No existe una fórmula mágica para salir del problema de la corrupción, es por esto importante escuchar ideas y comunicarnos, porque juntos se logra más y los resultados se convierten en un beneficio de mayor alcance.
Definitivamente estos tres puntos no reúnen todos los requisitos ni acciones necesarias para combatir la corrupción, pero sí pueden darle un valor personal al Día Internacional Anticorrupción, para que cada 9 de diciembre reflexionemos y valoremos nuestro aporte para ser parte de la solución a este problema.
Este año 2020, un año de tantos cambios y retos que hizo replantear muchas cosas como se conocían, replanteemos el significado de conmemorar este día. Y recordemos que es importante no cambiar nuestra integridad.