La Comisión de Resolución de Conflictos de Cámara de Industria (CRECIG), es una alternativa presente.
Que pasaría si alguien le dijera: le ofrecemos un servicio en el que puede ser libre, es su voluntad y decisión lo más importante. Tiene toda la autonomía, se conserva la confidencialidad de lo que hable. Nos acomodamos a sus requerimientos de tiempo y horario y adicionalmente en ese ejercicio resuelve de manera efectiva aquello que le impide mejorar sus relaciones interpersonales y lograr metas previstas. ¿Lo aceptaría?
Este es un tema fundamental, para aquellos que entienden el poder de la calidad de vida que cada uno se ofrece. Hoy en día, se conoce que muchas de las enfermedades están relacionadas con los estados emocionales y por supuesto que las emociones tienen que ver con la forma cómo la persona se relaciona y resuelve cada situación que se le presenta.
Los tribunales de justicia tienen un papel trascendente en la sociedad, gran parte de la posibilidad de disponer de los derechos fundamentales está allí. Pero no se puede olvidar la crisis por la que vienen atravesando, y creo que muchos de nosotros hemos contribuido con ello, los hemos convertido en alternativa para resolver asuntos que puede atender directamente cada ciudadano.
Se hace necesario que los jueces enfoquen su labor a los asuntos de cierta envergadura y está en nuestras manos disminuir esa hiperactividad litigiosa que caracteriza a los sistemas de justicia, agotándolos y afectando la credibilidad de estos.
Afortunadamente existen otras formas de resolver las dificultades que viven los ciudadanos, desde temas familiares, con vecinos, dificultades con socios, en fin, todos aquellos conflictos interpersonales que impiden tomar decisiones de beneficio conjunto para las partes, y en ese servicio se encuentran muchas instituciones incluyendo la Comisión de Resolución de Conflictos de Cámara de Industria de Guatemala (CRECIG).
Los esfuerzos de las instituciones interesadas en una cultura de negociación y resolución pacífica y óptima de la conflictividad, promueven la figura de la mediación. Por ello, el disponer de un día nacional de la mediación debe convertirse en una figura, que todo ciudadano tenga presente para que pueda acudir con un profesional especializado, y logre resolver sus diferencias y obtener los beneficios, contribuyendo a que nuestra nación se encamine a esa cultura de paz.
La primera experiencia vivida en 2020, es altamente gratificante, en especial por la respuesta brindada por todos aquellos profesionales que manifestaron su interés en apoyar como mediadores voluntarios. Ellos son el mejor aliciente para proyectar un futuro exitoso de los Métodos Alternos de Solución de Conflictos y una contribución con la justicia y la cultura de paz de Guatemala.
Yesid Barrera Santos
Miembro de Junta Directiva CRECIG