La leche y los productos lácteos son alimentos que deben estar presentes en la dieta diaria de niños, adolescentes, embarazadas, adultos y adultos mayores.
La leche es la secreción natural de las glándulas mamarias y es el primer alimento del ser humano. Debe ser irremplazable desde los primeros años de la vida y durante todo el ciclo vital, siendo fundamental la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento hasta los 6 meses del ser humano, como mínimo.
La leche materna contiene todos los factores de protección necesarios para el bebé y es fundamental para lograr el vínculo afectivo entre madre e hijo, así como el desarrollo físico y psicológico del niño. Sin embargo, a los 6 meses es indispensable comenzar con una alimentación complementaria adecuada y oportuna, según las indicaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Pues el contenido de calcio de la leche materna, después de los 6 meses ya no es suficiente y la alimentación del menor debe ser enriquecida con productos lácteos como determinados quesos o yogures.
Sus beneficios
La leche es un alimento considerado muy completo, cualidad que se debe a la gran variedad de nutrientes que la componen y por el excelente equilibrio que existe entre ellos. Lo que determina que estos sean de una muy buena biodisponibilidad para el organismo humano, promoviendo diversas bondades para la salud de las personas, a todas las edades. Los lácteos, como grupo de alimentos, ocupan sin duda un lugar esencial en lo que respecta a la nutrición humana.
A lo largo del tiempo y a través de diversos trabajos de investigación, el consumo adecuado de productos lácteos se ha relacionado a la prevención y tratamiento de diferentes patologías, de las cuales se destacan las enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, cáncer (colón y mama), enfermedades respiratorias y afecciones cardíacas.
La leche y los productos lácteos son, por excelencia, fuente de calcio dietario, mineral que ha sido relacionado por ejemplo con la prevención y tratamiento de la obesidad y la osteoporosis. Se ha visto además el vínculo directo del consumo de lácteos en la prevención de otras patologías como hipertensión arterial, caries dentales, síndrome metabólico, litiasis renal. Se ha comprobado el beneficio del consumo de leche, en otras actividades cotidianas como la práctica de actividades deportivas.
Las investigaciones han demostrado que aquellos niños y adultos que consumen regularmente productos lácteos tienen una dieta de alta calidad y se aseguran una mayor y mejor ingesta de muchos nutrientes esenciales en comparación a aquellas personas que no consumen lácteos.
Con el progreso de la Industria, los lácteos, considerados alimentos de consumo masivo, se han transformado en vehículos de fortificación de nutrientes como vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales, necesarios para mejorar la calidad de vida de las personas.
Con el desarrollo de los denominados alimentos funcionales, donde los lácteos tienen una gran participación, se han podido incorporar a la alimentación diaria, nutrientes y microorganismos que promueven el fortalecimiento del sistema inmunológico y el funcionamiento adecuado del aparato digestivo.
Gracias a su versatilidad y variedad de productos, han demostrado ser excelentes alimentos además para las personas de avanzada edad.
Colaboración especial: Rafael Cornes
Coordinador de la Campaña Panamericana de
Consumo de Lácteos ¡Sí a la leche!
Federación Panamericana de Lecherías (Fepale)