Los productos lácteos están asociados a la nutrición, generación de empleos y la prosperidad de Guatemala.
Los productos lácteos son recomendados por instituciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, son parte de las guías alimentarias a nivel mundial, dado su impacto en la nutrición humana.
Es por ello que desde el inicio del proceso de integración centroamericana, donde se ha impulsado la promoción de la producción y comercialización de productos de los países de la región, el Sector Lácteo ha estado activo.
Desde ese punto de vista se reconoce un mercado natural que debería traer más oportunidades para los productos lácteos guatemaltecos. El país tiene de los consumos más bajos de Latinoamérica que ronda los 60 litros per cápita según la Federación Panamericana de Lecherías (Fepale). Y con un crecimiento de producción y consumo en la región superior al 3%, de acuerdo a datos de la Federación Centroamericana de Lácteos (Fecalac).
Para aprovechar estas oportunidades, la legislación es una herramienta clave para estandarizar la producción, comercialización y transparentar información hacia el consumidor. Consciente de esto, con el apoyo de la FAO y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en 2010 se propusieron 15 reglamentos técnicos centroamericanos para los principales productos lácteos que se comercializan. Hasta la fecha se han aprobado 8 reglamentos.
- Entre ellos: uso de términos lecheros, leche pasteurizada, quesos, cremas y cremas preparadas, quesos madurados y no madurados; leche ultrapasteurizada o uperizada, también conocida como Ultra High Temperature (UHT) o Ultra Alta Temperatura (UAT); leche y nata en polvo.
Actualmente se encuentra en discusión la propuesta de Reglamento Técnico Centroamericano (RTCA) para yogur y mantequilla y están pendientes los de queso procesado, helados, leche condensada y leche evaporada.
La Industria Láctea está trabajando de la mano con organizaciones de producción primaria, con miras a fortalecer los estándares de medidas sanitarias y zoosanitarias de la cadena láctea nacional y así robustecer el cumplimiento de los requisitos reglamentarios y el posicionamiento en la región.
A nivel de reglamentación nacional hay desafíos importantes. El actualizar la legislación y también generar reglamentos para las nuevas tendencias de productos en el mercado. Tal es el caso de las mezclas con grasa vegetal y otros ingredientes no lácteos, donde hay variedad que necesita de un estándar que se base en normas internacionales y que se adapte a la realidad de las necesidades de Guatemala.
Para que este esfuerzo pueda generar impacto es necesario incorporar a la actividad informal, al cumplimiento de la legislación alimentaria y hacer frente al contrabando con el que se expone a la población a alimentos potencialmente no inocuos, sin control sanitario.
En la coyuntura actual, el comercio regional es fundamental, por esto quiero hacer mención a la Declaración de los jefes de Estado y de Gobierno de Belice, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana ante la pandemia de la COVID-19, que en su numeral 8 indica:
“Al Consejo de Ministros de Integración Económica (Comieco) a garantizar la fluidez de las operaciones del comercio internacional en el marco de las regulaciones regionales vigentes, en estrecha coordinación con las autoridades aduaneras, sanitarias y migratorias a efectos de evitar impactos negativos en el andamiaje económico y productivo de la región”.
Wilfredo Fernández / Director ejecutivo
Gremial de Lácteos y Derivados
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