El propósito de tu empresa.
La estrategia es crucial para todas las empresas familiares. No importa qué tan duro trabajen sus líderes, sus familiares o sus colaboradores; no importa qué tan agradable sea su cultura organizacional, ni siquiera lo bueno que sean sus productos y servicios; tampoco importa la nobleza de sus motivos: sin una estrategia correcta, clara y bien comunicada,todo lo demás está en riesgo.
He observado que los fundadores de las empresas tienen iniciativa y son determinados, utilizan su creatividad y tienen un alto nivel de auto exigencia profesional. Tienen el deseo y la curiosidad de hacer preguntas, inclusive las incómodas, para mejorar continuamente. Ellos como líderes han hecho que las cosas sucedan. Sin embargo, también he visto que muchas empresas familiares carecen de estrategia.
La estrategia es la elección deliberada -y riesgosa- de un camino determinado. Por ello, las empresas que, por cualquier razón, no eligen, se arriesgan a terminar en tierra de nadie, a volverse obsoletas y poco competitivas. Las que eligen acordar una estrategia suelen partir de la definición clara de su Propósito. Lo hacen planteándose las siguientes preguntas: ¿Cuál es nuestra razón de existir como empresa? y ¿Qué necesidades intentamos satisfacer?
Estas son las primeras y más importantes preguntas que un estratega debe responder. Cada elemento subsecuente de la estrategia como los objetivos estratégicos, la diferenciación o el valor agregado, fluyen del Propósito. Un buen Propósito ennoblece, hace que las actividades de una empresa adquieran un sentido emocional, aspecto medular para lograr el compromiso y la lealtad de los colaboradores, quienes son el factor clave para una ejecución de excelencia. Para poder inspirar y entusiasmar a los colaboradores, es necesario conectarlos con la estrategia. De lo contrario, es poco probable que conviertan a la estrategia en parte de su agenda. Concluyo con la cita de Max De Pree: “Al final, es importante recordar que no podemos convertirnos en lo que necesitamos ser, si seguimos siendo lo que somos”.
Ejecutar la estrategia en todas sus dimensiones, incluyendo las decisiones difíciles, que suelen tener enormes consecuencias sobre todo en negocios familiares, es una tarea fundamental del liderazgo al más alto nivel; es decir, de la junta directiva, de la mano con el primer ejecutivo.