poco a poco se dan cuenta de todo lo que pueden y saben hacer
Dorca Mabilia Coy es mujer joven, madre, residente de una comunidad del Valle del Polochic y extremadamente talentosa para la elaboración de tejidos con hilo. La tira que carga en su hombro la realizó en 5 meses, pues requiere sumo cuidado y horas de trabajo para finalizar cada combinación de color y detalle con fineza.
El precio que Dorca le otorga a esta tira bordada a mano es de Q800.00. ¿Cuánto estaría dispuesto Usted, lector, a pagar por esta pieza si consideramos la materia prima, el valor cultural de las figuras y colores del tejido a mano, el valor de las horas de trabajo de Dorca, y la ganancia final del producto? ¡Seguramente mucho más!
En el marco del Programa Conjunto, “Acelerando el Empoderamiento Económico de las Mujeres Rurales”, iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola- (FIDA), la -Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres- (ONU Mujeres), y el Programa Mundial de Alimentos- (PMA), se está trabajando con más de 1,200 mujeres rurales del Valle del Polochic para fortalecer sus capacidades y habilidades desde un enfoque integral, contribuyendo así a su empoderamiento económico y personal.
Las mujeres afirman: “nosotras sabemos cómo hacer las cosas, pero no sabemos dónde venderlas y cómo hacer para tener más ganancias”. El lunes 18 de abril, ONU Mujeres dio inicio a una jornada de talleres con 19 organizaciones de mujeres que realizan una o varias actividades productivas, entre ellas, tejeduría, pastelería, elaboración de productos de limpieza como shampoo y jabones, cultivo y venta de miel, entre otras. Dichos talleres consisten en un proceso de formación de más de 20 horas para conversar y aprender con ellas sobre planificación, teoría organizacional y empresarial, y comercialización.
¿Cuál es nuestro objetivo? Empoderar a mujeres, como Dorca, que tienen mucho potencial y capacidad, pero no han tenido la oportunidad de desarrollarlas, para que se visibilice su valioso trabajo y sigan contribuyendo al bienestar de sí mismas, de sus familias y sus comunidades. ¿Y para qué empoderar a las mujeres? En palabras de Michelle Bachelet (2012), “cuando las mujeres están empoderadas y pueden exigir sus derechos y el acceso a la tierra, el liderazgo, las oportunidades y las opciones, las economías crecen, se fomenta la seguridad alimentaria y mejoran las perspectivas para las generaciones presentes y futuras… Si trabajamos juntos con las mujeres rurales, podemos marcar una diferencia real y duradera ahora y para las generaciones futuras”.
Al empoderar económicamente a las mujeres guatemaltecas, se transforma su propia realidad, la de sus familias y la de sus comunidades; es decir, estamos empoderando a Guatemala.