Con motivo de los 55 años que cumple Cámara de Industria de Guatemala, ex presidentes de la institución comparten momentos satisfactorios y críticos por los que atravesaron durante su gestión como dirigentes. Además, exponen de qué manera los sobrellevaron, con el objetivo de proteger la industria del país.
Ricardo Castillo
(Presidente 1967 – 1969)Crecimiento y defensa institucional
Se promovió una iniciativa con miras a consolidar con mayor fuerza la representación del sector productivo en el CACIF, y se propuso hacer una revisión de los estatutos para hacerle cambios. En noviembre de 1968 se inició la reforma de los reglamentos que fueron aprobados en diciembre de 1969; con esta reforma se quedaron establecidas 2 representaciones a Industria, Comercio, Agricultura y Finanzas.
Por añadidura, se creó una comisión para organizar el Banco Industrial, por lo que se hizo una escritura social y sus estatutos, para cumplir con el Decreto Ley No. 429. Presidí la primera Asamblea General del Banco Industrial, convocada por la Cámara de Industria de Guatemala, para hacer entrega a los accionistas del Banco y de la Junta Directiva electa.
Para poder realizar una idea que existía en el ambiente de la Cámara de Industria de hacer su propio edificio con las facilidades necesarias, se nombró una comisión que visitara diferentes terrenos para poder construir el edificio. El resultado fue la compra de un terreno en la Ruta 6, Zona 4. Se realizó una convocatoria a un concurso de arquitectos para su elaboración, habiendo ganado la firma de Arquitectos Toriello y Meléndez, con la Asesoría del Arq. Jorge Montes Córdova.
En cuanto a momentos críticos, recuerdo que siendo Ministro de Hacienda y Crédito Público, el Dr. Alberto Fuentes Mohr, se propuso una reforma tributaria y algunos cambios financieros, proyecto al que el sector privado se opuso e inició una campaña para evitar que llegara a ser aprobado por el Congreso de la República.
Conforme pasaron los días, las diferentes representaciones en el CACIF se fueron retirando de la acción fuertemente iniciada por esa misma entidad, quedándose Cámara Industria sola, pero firme, consciente del daño que esa propuesta le haría a la economía del país. CIG nombró una comisión presidida por mí y otros industriales para realizar una campaña de convencimiento, logrando que el presidente Julio César Méndez Montenegro destituyera al Ministro de Hacienda y Crédito Público.
Carlos Springmuhl
(Presidente 1982 – 1983)Época complicada
En esa época el gobernante era el General José Efraín Ríos Montt; en la que hubo reformas tributarias que afectaban a los industriales, por ejemplo: el control de divisas, impuesto del timbre, implementación del IVA y la restricción de la importación de maquinaria y materia prima.
Después de varias reuniones con el presidente Ríos Montt, se logró obtener el visto bueno a los proyectos que necesitaban realizar los industriales y que restringiera los impuestos a la maquinaria y materia prima que requería el sector.
Álvaro Castillo Monge
(Presidente 1985 – 1987)La comunicación fue un factor clave
Viví la etapa final de la transición de gobiernos militares a la época democrática. El año 1985 fue bastante convulso; sin embargo, la comunicación con los diferentes sectores de la sociedad, especialmente los sindicalistas, fue un factor clave para mantener la calma y llegar a las elecciones que dieron como triunfador a Vinicio Cerezo, de la Democracia Cristiana.
Recuerdo que con el tema del salario mínimo se acordó no subirlo por decreto y que a cambio el Sector Empresarial Organizado haría una campaña para aumentarlo, de acuerdo con las posibilidades de cada empresa.
La operación dio buenos resultados, ya que monitoreábamos las afiliaciones del IGSS y los montos que se aportaban. Con ello demostramos que el aumento salarial era efectivo y que además se estaban creando nuevas plazas de trabajo.
Otro acuerdo que se alcanzó fue el incremento de impuestos a las exportaciones, para reconocer un tipo de cambio diferente al fijo (1 x1); con ello se entró a un sistema múltiple que se unificó y que hasta el día de hoy está vigente.
Después del año de “luna de miel” con el gobierno de Cerezo, empezó a querer aumentar los ingresos fiscales. Como medida se contrató a SGS, para certificar los precios internacionales de los productos de importación y exportación, con el propósito de cobrar sobre el precio correcto en el mercado internacional.
Sin embargo, se generó una serie de problemas en las aduanas, las que impedían que el comercio fluyera de manera normal. Ante el problema, se convocó a una reunión a todo el empresariado para mostrarle al gobierno el descontento por la contratación de SGS. A los pocos días se dio marcha atrás por parte del gobierno.
Como la intención de subir los ingresos fiscales continuaba, se empezó a hablar de una reforma tributaria que durante mis últimos meses como Presidente de la institución se discutió sin lograr llegar a consensos. Fue al próximo presidente, Juan Luis Bocsh, a quien le tocó “bailar con la más fea”, pues hubo necesidad de realizar un paro nacional.
Víctor Suárez
(Presidente 1989 – 1991)Con visión de largo plazo
Algunas de las acciones positivas, y que además representaban beneficio a la industria fueron la liberalización del cambio monetario, la eliminación de controles financieros y del sistema de control de cambios y divisas, el diseño de la Ley de Bonificación por Productividad y la estabilización económica al conseguir un superávit fiscal en 1991, y la eliminación de precios tope.
Paralelo a estos acontecimientos, hubo un acuerdo general en el sector privado en torno al plan de lineamientos de política, económica y social para Guatemala, consolidando la Asamblea Ampliada del Sector Privado. Esta fue la primera vez en que se realizaba un programa de largo plazo consensuado, unánime y de total apoyo al sector empresarial.
Otros logros menores, fueron la implementación del Código de Barras en Guatemala, trayendo la representación EAN (European Article Number) de Bruselas; y el acuerdo con la Universidad Francisco Marroquín, en cuanto a ofrecer una Maestría en Sistemas de Calidad.
Los desafíos durante mi ciclo incluyen la recuperación de una economía algo destruida, con altísimas tasas de inflación, intervencionismo de Estado en elementos de alta sensibilidad, carencia de divisas internacionales, tasas de inflación por encima del 40%, cambios en el reglamento arancelario y comercial, sistemas bancarios en aprietos, la existencia de un déficit cambiario creciente y sin reservas, además de la inestabilidad política en el país.
Sin embargo, en CIG se encontró la manera de solucionar la mayoría de estos conflictos, a través de la liberación cambiaria de divisas, derogación del régimen cambiario temporal. Incluso, permitir que el mercado actuara en estabilizar el sector externo, flexibilizar la tasa de cambio, reducir la intervención Estatal en el sistema y establecer principios básicos en la política Monetaria como “no financiar el tipo de cambio”.
Se llegó a participar activamente y de forma directa en las negociaciones internas y externas para el cambio del sistema arancelario, también, se efectuó la negociación y establecimiento de programas de Reconversión Industrial y Laboral (Decreto 29-89), y por último la eliminación de la Ley de Compensación Económica por tiempo de Servicio.
Juan José Gutiérrez
(Presidente 1993 – 1995)Advertencia de parar la actividad industrial
Mi período como presidente de la CIG fue todavía de mucho enfrentamiento entre sectores. Coincidió con el gobierno de Ramiro De León Carpio, lapso en el que hubo varios sucesos, como la estabilización del arancel único, medida que tuvo el apoyo de muchos sectores, incluido el de algunas entidades del sector empresarial.
Sin embargo, algunas instituciones, que jugarían un rol de neutralidad, no ayudaron mucho, razón por la que nos tocó luchar solos y oponernos con todo lo que teníamos a nuestro alcance, para abolir esa ley.
Después de un mes de batalla, que incluyó una asamblea extraordinaria y la advertencia al gobierno de parar la actividad industrial, logramos que dieran marcha atrás y salir victoriosos de lo que pudo ser el final de la actividad industrial en Guatemala, por la pérdida de competitividad en la región.
Otro de los retos en los que también nos tocó hacer una lucha frontal y peligrosa, fue hacia el contrabando y la alta corrupción de esos tiempos, algunos procesos de libre comercio y el de integración centroamericana.
Jaime Botrán
(Presidente 1997 – 1999)TLC con México
En mi época hubo un tema muy importante y delicado, que fue la negociación del Tratado de Libre Comercio con México, durante el gobierno de Álvaro Arzú y de Mauricio Wurmser como ministro de Economía.
El tratado que querían aprobar no representaba ningún beneficio para la Industria del país y, por lo tanto, logramos parar la forma en que se negociaba, dando tiempo para reflexionar las posiciones y que se hicieran los cambios necesarios que como Industria necesitábamos.
Felipe Bosch
(Presidente 2001 – 2003)Tiempos difíciles
Quizá el momento de más gloria en mi gestión fue conducir un liderazgo muy activo en tiempos muy difíciles. Considero que lo que más resalta fue la posibilidad de saber que en tiempos de crisis el sector industrial y empresarial (Cámara de Industria ejerció en ese momento la Presidencia de Cacif) estuvo siempre unido de forma granítica.
Debo adicionar dos temas puntuales: el nacimiento y posterior fortalecimiento de la Revista Industria, en sustitución del periódico El Industrial. Y el segundo, haber realizado el 9 Congreso Industrial, un evento sumamente importante para el país. Es preciso reconocer que las ediciones del Encuentro Nacional de Empresarios (Enade) que hoy realiza Fundesa, basa parte de su concepto en lo que se hizo en la CIG en ese año.
En el período que ejercí como Vicepresidente de la CIG, empezaron a subir los ánimos por los desmanes del gobierno de Alfonso Portillo. Había abusos y corrupción galopante. Eso condujo a que, una semana después de haber asumido la presidencia de la CIG, se hiciera el Paro Nacional del 1 de agosto de 2001.
Logramos convencer a la población, pues cerraron hasta el 95% de los comercios a nivel nacional y el 100% del transporte colectivo urbano y rural. Con esta medida se pudo poner un alto en el camino al gobierno del FRG. Un beneficio posterior es que vinieron nuevos procesos políticos para rescatar la Nación, como ocurrió con el siguiente gobierno, el de Oscar Berger.
Sergio de la Torre
(Presidente 2005 – 2007)Fuerte posicionamiento nacional e internacional
Organizamos el Encuentro Internacional de Negocios y Empresarios (Induexpo), con la presencia de presidentes centroamericanos y el ex presidente de España, José María Aznar. Este evento logró posicionar a Guatemala como un gran centro Industrial en la región.
También se hizo el cabildeo político y social para la revalidación en el Congreso de la República del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, incluso declarándonos, como sector privado, en sesión permanente, hasta que este se ratificara. Ocho años después hemos visto que el comercio con el país norteamericano se ha incrementado en un 100%, confirmando su importancia.
Cabe mencionar que logramos la ampliación de los beneficios del Decreto 29-89 a Centro América, lo que ha permitido retener y aumentar la inversión en la industria nacional. A partir de entonces, el producto de las exportaciones ha crecido sostenidamente un 20% anual.
Otra de las situaciones fue cuando conservamos durante todo el período la silla en Junta Monetaria, influyendo fuertemente en la política Monetaria, Cambiaria y Crediticia del país, haciendo un balance muy fuerte en el pretendido endeudamiento del Gobierno de turno. Además, negociamos una reforma tributaria que apoyara y balanceara la producción, con la capacidad de pago y la competitividad de las empresas.
Asumimos la presidencia de Cacif liderando las iniciativas y posiciones del sector empresarial de Guatemala en aspectos económicos, políticos y sociales. De igual forma con Fecaica, posesionando a Guatemala en una posición de liderazgo en Centro América, empujando fuertemente la integración de la zona.
Por mencionar otro momento de gloria fue la fundación del Consejo Consultivo de Integración Económica, y Guatemala ostentó la primera presidencia del Consejo. Además, organizamos tres debates políticos: presidencial, de diputados y de candidatos a la alcaldía de la Ciudad Capital, previo a las elecciones generales de 2007.
De manera voluntaria y significativa participamos activamente en el proceso de reconstrucción luego del Huracán Stan, desde donaciones hasta la distribución logística de productos a los damnificados.
Thomas Dougherty
(Presidente 2007 – 2009)Crisis política y liderazgo regional
La presidencia de la CIG es un período intenso que presenta temas distintos cada día, pero esta experiencia no comienza al ser juramentado como Presidente, sino desde que se inicia uno como Director. Fui Presidente en el último semestre del gobierno de Oscar Berger y el primer año y medio de Álvaro Colom.
Me gustaría citar el Congreso Industrial, que tuvo como orador invitado al ex presidente de Chile, Ricardo Lagos, quien disertó sobre la experiencia chilena en cuanto a la complementariedad entre las políticas sociales y el desarrollo económico de mercado. El tema tenía mucha importancia estando la UNE en el Gobierno. Luego, puedo mencionar el éxito de Induexpo en 2009.
En cuanto a desafíos fue muy triste para la Cámara de Industria el asesinato de nuestro ex Director Khalil Musa y su hija Marjorie, que además se intensificó con el asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg. Cámara de Industria jugó un papel clave desde Cacif para que la crisis pasara y se encauzaran los esfuerzos hacia la búsqueda de justicia. El apoyo de la Junta Directiva, de la gente de CIG y de los ex presidentes fue fundamental para sobrellevar esta crisis.
Otro evento fue en 2009 con la salida del ex presidente de Honduras, Manuel Zelaya, la cual se denunció por muchos como golpe de Estado. Los impactos para Guatemala fueron fuertes, especialmente con el cierre de las fronteras para el paso de mercaderías. En conjunto con otras cámaras del sector privado, se interpusieron acciones legales y se logró la pronta reapertura de las fronteras.
Además, se pusieron en marcha algunas acciones políticas de apoyo al nuevo Gobierno de Honduras, para tratar de ayudar a contrarrestar la tremenda presión internacional a la que se sometió al país.
Juan Antonio Busto
(Presidente 2009 – 2011)Entre consejos y disculpas
El tema de la inseguridad fue el de mayor interés en la etapa que estuve como Presidente de CIG. El 29 de octubre del 2010 planteamos al presidente de la República, Álvaro Colom, nuestra inconformidad, sin embargo, también presentamos 8 puntos de cómo combatirla, y la respuesta del mandatario fue asumir la responsabilidad del asunto.
En 30 días, que se le habían dado de plazo para experimentar cambios, el Presidente en un programa de televisión hizo públicas algunas de las acciones que implementó para garantizar la seguridad a los guatemaltecos; al final de su período hubo una leve reducción en el número de asesinatos en el país.
El contrabando y la transparencia en el uso de los recursos, fueron otras circunstancias de combate. Como entidad, expresamos que en Guatemala no necesitábamos más impuestos, y de hecho, durante mi gestión ningún impuesto fue aumentado.
Un momento de desafío fue cuando el Embajador de los Estados Unidos convocó a una reunión a dirigentes de Cámaras, embajadores y al presidente Colom, con motivo del asesinato del Lic. Rosenberg, para él actuar como testigo de honor. Durante la reunión, el gobernante me señala y dice: “Y tú, tú eres un traidor a Guatemala”, a lo que seguido agrega: “Disculpa, me dieron mal la información”.
Creí que fue suficiente, pero varios amigos se acercaron para aconsejarme a tomar acciones, ya que la acusación había sido escuchada por varias personalidades. Al otro día le hago saber al Presidente mi descontento, por lo que nuevamente se disculpa y me entrega una carta para hacerla pública. Además, se acercó a CIG, sin escoltas, para explicar el malentendido a la Junta Directiva.
Andrés Castillo
(Presidente 2011 – 2013)Posición firme y clara
Durante mi gestión fuimos muy activos en proteger la industria, en temas como la actualización tributaria, la ley de desarrollo rural, reformas a la Constitución, endeudamiento y falta de transparencia en venta de bonos, moratoria minera, etc. Siempre mantuvimos una posición firme y clara, lo cual de alguna forma nos dio satisfacción como industriales.
Con relación a fomentar la industria, tendría que decir que el momento de más gloria y beneficio fue la celebración del Guatemala Investment Summit, en el que, trabajando de la mano con el Gobierno, pusimos al país en vitrina internacional, con más de 2,500 participantes, más de 90 proyectos de inversión, más de 26 inversionistas y más de 680 reuniones de inversión.
Asimismo, tuve la suerte de participar en diferentes eventos conmemorando los 50 años del IRTRA, institución reconocida en el ámbito nacional e internacional, orgullo del sector privado, al ser una institución que nació en Cámara de Industria.
Diría que uno de los momentos de más desafío, y por eso de más satisfacción, fue cuando tuvimos posiciones totalmente encontradas con el Ejecutivo en algunos temas, que muchas de ellas llevaron a personalizar la posición de Cámara de Industria y generaron choques innecesarios con el Gobierno.
La clave para sobrellevar toda crisis es mantener la mente fría y ser objetivo. Eso fue lo que nos dio la razón en todas nuestras posiciones. La unión y fuerza prevaleció en la Cámara y con el liderazgo que nos caracteriza logramos un consenso en la mayoría de temas con todo el sector privado.
Fernando López
Presidente actual de la Cámara de IndustriaEl trabajo que hay por delante es arduo, pero imperativo
Cámara de Industria llega a sus 55 años de actividad y lo hace inmersa en una gran cantidad de retos que seguramente van a definir su actividad futura.
Desde 1959, Guatemala ha pasado de ser una nación de alrededor de 4 millones de habitantes a unos 15 millones. Dentro de 20 años seremos casi 30 millones, lo que nos convierte en uno de los países de mayor densidad poblacional. Esos 55 años abarcan también el inicio y final de un enfrentamiento armado que dejó tras de sí no sólo miles de muertos, sino una sociedad polarizada, un retraso imperdonable en el desarrollo de sus ciudadanos y una democracia naciente con instituciones débiles, poco transparentes y de escasa capacidad de ejecución.
Son 55 años que, por otra parte, se han caracterizado a nivel mundial por avances tecnológicos mucho mayores a los que la humanidad había conseguido en toda su historia anterior. Vivimos en una economía globalizada y de comunicaciones inmediatas, cuyos requerimientos en calidad, eficiencia, flexibilidad y cumplimiento de normativas de todo tipo, son no sólo cada vez más estrictos sino absolutamente imprescindibles para participar en el juego económico.
Es en este marco donde debemos enfocar nuestra acción futura, y la misma debe tomar en cuenta por una parte la necesidad de facilitar y contribuir al éxito de nuestros asociados en un mercado cada vez más competitivo, con las ofertas de capacitación y servicios que les permitan no sólo sobrevivir sino sobresalir y, por la otra, el compromiso de contribuir a que nuestro país llegue a una situación donde se dé la vigencia de un Estado de Derecho con leyes claras y justas, con instituciones sólidas que las hagan cumplir y con gobiernos eficientes y transparentes que permitan el desarrollo de todos los habitantes y su acceso a un mejor nivel de vida.
El reto es grande y el trabajo que hay por delante es arduo, pero imperativo. Cámara de Industria debe seguir estando a la altura del mismo.