Guatemala es un país privilegiado y tiene la economía más grande e importante de Mesoamérica. Su población ya supera los 15 millones de habitantes y cuenta con fortalezas naturales y estratégicas como ningún otro país de la región. El turismo sigue siendo una mina aún no explotada, por ejemplo. Por lo tanto, el reto es incentivar el mercado interno, pues sigue siendo el gran sostén de las finanzas públicas. Se necesitan, por ejemplo, políticas que motiven la inversión en el área rural mediante encadenamientos productivos, hay que fomentar la construcción de vivienda popular, impartir programas de capacitación a las pequeñas y medianas empresas no agrícolas. El apoyo del Estado al mercado local permitiría no sólo incrementar la producción, sino también generar empleo y, en consecuencia, elevar la demanda de productos y servicios. Y es que, cuando a nivel internacional las condiciones son adversas, Guatemala tiene recursos y capacidad propia para impulsar su crecimiento