Las delegaciones del sector privado y de Gobierno que asistieron a la Cuarta Cumbre Empresarial (CELAC-UE), celebrada el 27 de enero en Santiago de Chile, emitieron una serie de conclusiones para la región.
INDUSTRIA Y NEGOCIOS
Las 61 delegaciones asistentes asumieron el compromiso de mantener y reforzar la alianza estratégica entre América Latina y la Unión Europea, que involucra a Gobiernos y al empresariado. Además, reiteraron que es vital que los Gobiernos tengan presentes los valores de libertad, seguridad jurídica y democracia.
Parte de las conclusiones
La alianza Unión Europea -América Latina y el Caribe es estratégica y representa un compromiso de colaboración birregional que es necesario mantener y fomentar por parte de los Gobiernos, involucrando en todo momento al sector privado, que es el motor del desarrollo económico mundial.
Para que haya crecimiento económico debe existir un entorno de inversión transparente y estable, respetando en toda circunstancia el Estado de Derecho. Se debe garantizar el trato justo e igualitario a los inversionistas, no permitiendo desigualdades entre inversiones extranjeras y nacionales.
Abogamos por el establecimiento de un marco normativo que permita fomentar la creación y posterior desarrollo de pequeñas y medianas empresas sostenibles, así como la adopción de políticas públicas que sean específicas y adaptadas a las necesidades concretas de las Pequeñas y Medianas Empresas.
La inversión en talento humano constituye un factor fundamental para garantizar el desarrollo económico inclusivo de los países a largo plazo, y es una herramienta para la igualdad de oportunidades y la superación de la pobreza. Para la consecución de este objetivo, es necesario diseñar una estrategia formativa congruente con los requerimientos de la sociedad y en cuya definición participen de manera activa las organizaciones empresariales, tanto para favorecer la inserción de los jóvenes al mercado laboral, como para asegurar la formación de profesionales, adaptándose a las necesidades del mercado. Asimismo, es necesario focalizar la formación académica más intensamente hacia las ramas de ciencias, ingenierías y técnicas.
La salida de la crisis, que afecta a las dos regiones, plantea un protagonismo del sector privado empresarial como actor garante de un desarrollo eficaz y de un crecimiento inclusivo. Ello exige la puesta en marcha de políticas y medidas antes mencionadas, que apoyen al sector empresarial en general y a las Pymes en particular. Ante este desafío, los sectores empresariales de la UE y de América Latina, en lugar de competidores, se convierten en aliados, colaboradores necesarios en un proyecto común.