Dinamizar la economía, base del crecimiento
Cuando hacemos un análisis de la realidad de Guatemala nos damos cuenta de que muchos de los problemas tienen su origen en la falta de oportunidades y en las escasas fuentes de trabajo que anualmente se abren para atender la gran demanda de la oferta laboral. Cerca de 200 mil jóvenes egresados cada año del nivel medio buscan un empleo digno y formal pero sólo el 10 ó 20 por ciento encuentran un trabajo modesto. Lastimosamente las condiciones del país no han sido las más atractivas para que la inversión local e internacional fluya y puedan proveer esos puestos de trabajo que la población requiere. Si no hay inversión, no hay nuevas empresas. Sin empresas no hay generación de nuevos empleos formales y tampoco puede haber generación de riqueza y, por ende, tampoco desarrollo. El país debe crear las condiciones para dinamizar la economía y alcanzar niveles de crecimiento sostenibles mínimos del seis por ciento anual.
Cámara de Industria de Guatemala ha preparado una propuesta considerada como una herramienta útil para hacer de Guatemala un país más atractivo para las inversiones y la apertura de fuentes de trabajo. La hemos denominado “Progresando a través del desarrollo industrial”. Es una propuesta de hoja de ruta sobre la que tanto el Gobierno como el sector privado deberíamos trabajar juntos y de forma inmediata, pues no hay tiempo que esperar.
Esta estrategia, presentada a las autoridades de Gobierno y compartida con otros sectores de la sociedad civil, la hemos dividido en tres grandes áreas: Clima de negocios, Estrategia industrial y Competitividad. Cada una, subdividida en ramificaciones claves en las que hay que empeñarse para desembocar en mayor progreso para nuestra población.
Potencial y condiciones para sacar adelante a Guatemala sobran, sólo es cuestión de enfocarnos en esos objetivos y trazar el camino correcto. En los próximos años el país puede atraer fuertes inversiones en el sector minero, petróleo, contact center, telecomunicaciones, turismo, generación eléctrica por medio de represas hídricas, industria textil y servicios. Según ha indicado el comisionado del Programa Nacional de Competitividad (Pronacom), en estas áreas se han identificado potenciales proyectos de inversión por unos US$27 mil millones, que pueden materializarse en los próximos 10 años.
No hay más tiempo que perder, las complicaciones de pobreza y los problemas sociales se agudizan. Está demostrado que si no es por medio de más inversiones generadoras de empleo, difícilmente se pueden superar esos altos niveles de precariedad que hoy sufre Guatemala, especialmente en áreas rurales. Además, nuestros vecinos de la región centroamericana, por no ir más hacia el sur y Latinoamérica en general, nos están sacando ventaja. Tenemos el ejemplo de Perú, Chile, Panamá y Colombia, países que en los últimos años han mostrado niveles de crecimientos económicos sostenibles muy superiores a los nuestros.
Para ilustrar con más precisión nuestra realidad, quiero hacer una pequeña comparación. Si Guatemala mantiene los actuales índices de crecimiento económico per cápita de un 1.3 por ciento anual (promedio de los últimos 20 años), necesitaríamos 96 años para alcanzar el ingreso per cápita actual de Chile; 80, para equiparar al de los costarricenses; 39, para alcanzar a los colombianos y 32 años para tener el ingreso per cápita de los salvadoreños. ¿Qué nos dicen estos números? Que urge enderezar el rumbo, pero tampoco podemos “seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes”.
Entendemos que los resultados no vendrán de la noche a la mañana, pero si se trabaja desde ya, con reglas claras y estables, con certeza jurídica y empresarial, con más seguridad, seguramente el fruto lo veremos pronto. Así que, ahí queda nuestra propuesta. El único camino es el crecimiento; o lo hacemos a un ritmo más acelerado o los problemas económicos y sociales se nos pueden complicar aún más. De que se puede, se puede. ¡Manos a la obra!