May-12 ¿Es posible el “milagro económico” que el Gobierno de Pérez Molina plantea?

Cuesta arriba se torna alcanzar un crecimiento económico sostenible de hasta un siete por ciento durante la gestión del Presidente Otto Pérez Molina, sostienen analistas.
HERNÁN GUERRA | INDUSTRIA Y NEGOCIOS
Ni los más optimistas creen factible que Guatemala alcance un crecimiento económico gradual de hasta un siete por ciento en los cuatro años del Gobierno del Presidente Otto Pérez Molina, como el mandatario mismo ha ofrecido. Y aunque es válido soñar, la realidad del país es otra y no está para atraer masivas inversiones generadoras de empleo. El Producto Interno Bruto (PIB) mantendrá crecimientos modestos de entre 2.5 y 3.5 por ciento anual. Pero al restarle el aumento poblacional de alrededor de 2.6 por ciento por año, en términos reales ese dinamismo económico es casi nulo, explican destacados académicos.

No obstante, a criterio de Manuel Pérez, rector de la Universidad del Istmo y ex banquero, “si se van poniendo las piedras adecuadas al edificio”, se generan expectativas y se inicia un proceso de crecimiento más dinámico. “Hablar de un crecimiento del siete por ciento, como expresión de deseo, está bien pero no se puede; un crecimiento de cuatro ó 4.5 por ciento anual se puede conseguir rápido, pero hay que mandar señales adecuadas”, precisa el académico.

 

“Los milagros económicos no se logran en cuatro años”
Para Hugo Maúl, catedrático de la Universidad Francisco Marroquín y analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), un “milagro económico es el resultado de trabajo duro, de mucho ahorro, de inversión local e internacional, de reformas profundas, de credibilidad en las políticas públicas, de seguridad física y jurídica, de reglas claras y de un buen sistema educativo, entre otros. “Los milagros económicos no se logran en cuatro años”, precisa. En ese sentido, a su juicio, para que Guatemala alcance un crecimiento sostenible de un siete por ciento, como el Presidente de la República ha ofrecido, es más que complicado, pues ese proceso de correcciones estructurales no se consigue de la noche a la mañana o en cuatro años de Gobierno.

Un proceso, no “un milagro”
Según Maúl, estos son los elementos básicos que se traducen en un crecimiento dinámico y sostenible.
Elevar la productividad y la eficiencia del trabajador guatemalteco, como resultado de un sistema económico que genera incentivos correctos.Lograr respeto de la ley, donde haya seguridad jurídica y seguridad física.Reglas claras y respeto de la propiedad privada. Y, en general, alcanzar un sistema de mercado que fomente la creación de empleo y la generación de riqueza.Mano de obra calificada.Estos esfuerzos deben ser integrales, no concentrarlos en centros urbanos; deben extenderse al área rural, pero no necesariamente fomentando más la agricultura.Las tasas de crecimiento altas deben ser sostenibles en el tiempo; de nada sirven solo en un año.Un escenario así no se puede crear de la noche a la mañana ni ordenarlo por decreto; es un proceso.

Las grandes barreras al crecimiento
Estos son las principales complicaciones que Guatemala tiene y que lo convierten en un país poco apetecido para el inversionista nacional e internacional, según el rector de la Universidad del Istmo, Manuel Pérez.

La burocracia guatemalteca es engorrosa
El pago de impuestos es complicado y, por ejemplo, la reciente reforma fiscal –Actualización Tributaria, Ley de Aduanas y Ley Antievasión II, profundizaron esa “tramitología”.
Dilucidar un problema de contrato comercial o laboral, inclusive, puede durar hasta cuatro años, según el Índice Doing Business del Banco Mundial.

Carencia de reglas claras y estables
Un ejemplo, según Pérez, fue la Ley General de Telecomunicaciones y que dio vida a la apertura de la telefonía móvil celular. Hoy, nadie se acuerda de lo difícil que era tener una línea telefónica hasta finales de la década de 1990; muchos solo buscan cambiar la ley. Esa incertidumbre por la falta de certeza no abona en nada a la atracción de inversiones, especialmente en infraestructura como carreteras, centros logísticos, puertos y aeropuertos.

Mano de obra poco calificada
De nada sirve que, por ejemplo, muchas compañías quieren instalar en Guatemala “contact center” o centros de servicios internacionales de llamadas si el país carece de suficiente personal bilingüe. Tenemos un sistema educativo del siglo XIX en pleno siglo XXI, explica el rector de la Universidad del Istmo. Y cuando se quieren hacer cambios al sistema educativo, aparecen los paros de maestros, las huelgas.

Sistema de seguridad y justicia ineficientes
Los niveles de violencia, con más de 40 homicidios por cada 100 mil habitantes y un sistema de justicia que apenas tiene una efectividad del tres o cuatro por ciento, es otro obstáculo para atraer inversiones.

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