Ene-12 El “Deja vu” de Europa

Europa se encuentra saliendo de su estupor. Los países de ese continente estaban viviendo una irrealidad, el nivel de vida y consumo que tienen no es sostenible, así como una gran cantidad de programas sociales que no cazan con los parámetros de productividad e ingresos de sus habitantes.

En  la década de 1980 América Latina, casi en su totalidad, entró en insolvencia, al haberse dado una serie de déficits fiscales insostenibles más el reconocimiento de deuda privada como soberana, es decir, como deuda pública. Se le llamó la crisis de la deuda. El continente latinoamericano perdió una década de crecimiento reordenándose y haciendo los ajustes estructurales que fueron profundamente dolorosos, pero que dieron a luz una Latinoamérica más madura en términos de manejo macroeconómico y política económica, hoy evidente. Adicionalmente, se generó una gran cantidad de conocimiento sobre el manejo monetario, fiscal y bancario.

Hoy, Latinoamérica se encuentra fortalecida y con un crecimiento sostenido, con raras excepciones como Venezuela. Se reconoce el valor de un Estado balanceado y de los equilibrios macroeconómicos y cada vez la política económica es más inteligente y se cuenta con una banca fuerte y regulada. Treinta  años después, como un “Deja vu”, Europa tiene que aprender con humildad estas dolorosas lecciones, lecciones de sensatez económica que los Latinoamericanos han aprendido. Europa se encuentra saliendo de su estupor, los países de ese continente estaban viviendo una irrealidad, el nivel de vida y consumo que tienen no es sostenible, así como una gran cantidad de programas sociales que no cazan con los parámetros de productividad e ingresos de sus habitantes. Adicionalmente, sus instituciones no cuentan con el diseño ni flexibilidad para afrontar este tipo de situaciones.

Los países mediterráneos no tienen la productividad de la mano de obra alemana, por tanto, no pueden darse un nivel de vida ni de ingresos como el alemán. Sin embargo, las poblaciones mediterráneas se niegan al ajuste, lógicamente nadie quiere ajustarse, pero todos tienen que hacerlo.

Las salidas de las crisis no son fáciles, una salida de texto es el sacar de la zona euro a los países con desbalances y que devalúen severamente sus monedas para bajar el ingreso de sus habitantes, acompañados de superávit fiscales para iniciar el pago de su deuda. Otra salida de texto es la nacionalización de la banca europea, limpiar los bancos, meter a la cárcel a los banqueros corruptos y reprivatizar la banca, como lo hizo ya una vez Chile o Suecia.  Las medidas de texto parecen descabelladas, tan descabelladas como realmente lo son los desbalances de estos países por tanto tiempo.

Lo que queda claro es que la salida de Europa es dolorosa y que pasará por una recesión en 2012, inevitablemente. Esta recesión puede ser moderada (menor a una caída de dos por ciento del Producto Interno Bruto) lo que provocaría una desaceleración mundial. De no ser moderada y ordenada (más del dos por ciento de caída de su PIB) generará  recesión en Estados Unidos y una desaceleración fuerte en China, un “hard landing” que tendrá consecuencias en los precios de los “commodities” y en la estabilidad social del gigante asiático, que al tener una dictadura y no contar con los mecanismos democráticos de solución de conflictos, necesita de un crecimiento por encima de cinco por ciento para mantener la estabilidad política y social.

“Los países mediterráneos no tienen la productividad de la mano de obra alemana, por tanto, no pueden darse un nivel de vida ni de ingresos como el alemán”.

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