Del universo arancelario, Guatemala mantiene un nueve por ciento de fracciones en exclusión. Del subconjunto agrícola hay 19 por ciento excluidas y, del industrial, un seis por ciento.
CLAUDIA BARRIOS DE RIVERA
Asesora en Comercio Exterior de CIG
Guatemala y el resto de países centroamericanos, excepto Nicaragua, han iniciado las conversaciones para la firma de un Tratado de Libre Comercio con Perú, a pesar de ciertas reservas que han manifestado algunos sectores productivos. El proceso inició en agosto de 2010 cuando Panamá y el país sudamericano suscribieron una declaración conjunta; posteriormente se fueron sumando la mayoría de países de Centroamérica, excepto Nicaragua. El 10 de noviembre se llevó a cabo la primera ronda de negociaciones en Lima. Estas negociaciones se realizan de forma bilateral entre Perú y cada uno de los países del istmo aunque la región ha indicado que tratará de mantener posiciones uniformes.
Debido a que en el Consejo Nacional para la Promoción de Exportaciones (Conapex) no se había aprobado esta negociación, el sector privado de Guatemala decidió no participar en la primera ronda. Sin embargo, en posterior reunión de este foro, la mayoría de cámaras empresariales manifestó que no existía interés en negociar este acuerdo pero que, debido a que era un compromiso de Estado, se acompañaría en las siguientes rondas. El 17 de enero se llevó a cabo la II ronda en la ciudad de Panamá. Se dio seguimiento a temas arancelarios, reglas de origen, propiedad intelectual, obstáculos técnicos al comercio, solución de controversias, servicios e inversión, medidas sanitarias y fitosanitarias, compras de Gobierno, defensa comercial, competencia, procedimientos aduaneros, asuntos institucionales y cooperación.
Los avances
En la III ronda, celebrada en Costa Rica del 28 de febrero al cuatro de marzo se había logrado avanzar en diez temas y muy cerca de cerrar los relacionados a propiedad intelectual, compras de Gobierno y el tránsito temporal de personas de negocios. En propiedad intelectual, los puntos más sensibles son indicaciones geográficas y conocimientos tradicionales por temas de protocolos que quiere incorporar Perú.
Por lo pronto se ha dado a conocer que no habrá reconocimiento automático para indicaciones geográficas, sino que habrá un procedimiento similar al empleado con la Unión Europea, en el cual la protección se basa en la legislación de cada país.
Otro punto sensible es el de indicaciones geográficas homónimas, principalmente por el pisco peruano y el pisco chileno (licor que ambos países reclaman como propio). En el caso de acceso a mercados, Perú condicionó que los productos de zonas francas se puedan incluir a cambio de que no se discuta el tema de bandas de precios, mecanismo de Draw Back y que haya mínimas o ninguna exclusión, principalmente en el área industrial.
En reglas de origen, aunque el texto está completamente revisado, aún no hay acuerdo en el tema de acumulación. Centroamérica ha solicitado que pueda hacerse a nivel regional, pero Perú lo ha condicionado a que la regla de origen negociada sea igual en todos los países del área y que se tenga el mismo período de desgravación.
Se tiene contemplado cerrar el tratado en una reunión que se llevará a cabo en Perú del dos al seis de mayo del presente año.
Por ahora, el Gobierno hace consultas para buscar flexibilización pues muchos sectores han manifestado no tener interés de negociar con Perú. Del universo arancelario, Guatemala mantiene un nueve por ciento de fracciones en exclusión. Del subconjunto agrícola hay 19 por ciento excluidas y, del industrial, un seis por ciento.
El Gobierno busca encontrar flexibilización con las siguientes opciones: Plazos más largos de desgravación (actualmente se aplican hasta 15 años), desgravaciones no lineales, cuotas, preferencias arancelarias y priorización de exclusiones por mayores sensibilidades.
El Gobierno busca encontrar flexibilización en algunos aspectos de la negociación.