Dic-10 ¿Por qué hay tanta corrupción y el Congreso y Gobiernos hacen tan poco o nada para combatirla?

Comunicación CIGdiciembre 2010

La percepción de Transparencia Internacional sobre Guatemala empeoró en 2010; este año el país es más corrupto que en 2009, al caer del puesto 84 al 91, según esta organización. La falta de voluntad política de los Gobiernos y del Congreso para atacar frontalmente este ilícito es lo más preocupante según analistas.

Industria y Negocios

La corrupción se expande por todos los estratos gubernamentales y, en vez de reducir esos índices, empeora, según el último informe de Transparencia Internacional (TI). De 178 países evaluados este año, Guatemala fue ubicada en el puesto 91, (84 en 2009). Este cáncer carcome y genera más pobreza. Pero ¿por qué este flagelo? ¿Por qué se vuelve un círculo vicioso cada cuatro años y los Gobiernos hacen tan poco o casi nada por combatirlo?
A esta interrogante, Manfredo Marroquín, presidente de Acción Ciudadana, la organización no gubernamental que representa a TI, tiene una respuesta sencilla. “Primero, porque no hay voluntad política de combatirla y, segundo, porque todos los años los funcionarios aprovechan estas condiciones para hacer dinero fácil. “A la clase política le conviene no hacer reformas porque le permite enriquecerse de esa forma sin ser castigado”, explicó Marroquín.
Otra de las preguntas que flota en el ambiente es en torno al papel que debe jugar la sociedad civil frente a este problema. Según el presidente de AC, “son los políticos los llamados a romper con ese círculo vicioso”. Desafortunadamente los Gobiernos siempre lanzan grandes discursos cuando toman posesión y prometen combatir estos ilícitos pero en la práctica no hacen nada, expuso Marroquín. A su juicio, las promesas siempre van encaminadas a descubrir o enjuiciar actos de corrupción pasados pero nunca lo hacen a lo interno, investigando a sus funcionarios.

Sin muchas armas

Hasta 2010 el país ha avanzado muy poco en la lucha anticorrupción. Las pocas medidas o acciones implementadas han sido aisladas y no tienen coherencia, de ahí que su impacto sea pobre, sostuvo Marroquín.
Para demostrar verdadera voluntad política y encarar la corrupción hay que empezar por lo primero. Según el presidente de AC, el país necesita fortalecer los órganos de control como la Contraloría General de Cuentas y la Fiscalía contra la corrupción, además de tipificar como delitos el enriquecimiento ilícito. Pero estas instituciones deben estar respaldadas por una total autonomía, tienen que ser independientes. “Cómo es posible que en Guatemala aún no se hayan tipificado como delitos la corrupción, el tráfico de influencias o el conflicto de intereses”, se preguntó Marroquín. Mientras no haya avances en esa dirección, difícilmente el país mejorará en el índice de Transparencia Internacional y la sociedad civil tampoco puede hacer mayor cosa pues aunque demande acciones o resultados, si no hay leyes precisas y voluntad política, el trabajo casi que es en vano, sostuvo Marroquín. Y una muestra de esa apatía hacia este problema se verá en 2011 con los millonarios gastos que los partidos políticos harán en sus campañas electorales, sin transparentar el origen de esos fondos.
El diputado José Alejandro Arévalo, ha considerado que la frontera entre las redes de corrupción y las redes del crimen organizado es cada vez más tenue. A su juicio, mientras las redes de corrupción lucran con los contratos gubernamentales, las del crimen organizado ofertan bienes y servicios ilegales, con coerción y violencia. Asimismo, sostuvo que, nacional e internacionalmente y para vergüenza de los guatemaltecos, al país se reconoce como un Estado institucionalmente débil, altamente discrecional y opaco, lo cual permite la proliferación de redes de poder que se valen de la corrupción para abusar del bien público y garantizar impunidad. En ese sentido, el parlamentario ha manifestado que “mientras las organizaciones estatales y municipales son lentas y burocráticas, las organizaciones al servicio de la corrupción y el crimen son rápidas y flexibles. Se incrustan en las esferas gubernamentales, abusando del poder público en beneficio particular o privado”.
Al evaluar el impacto negativo de la corrupción, Arévalo ha considerado que el costo en recursos, oportunidades de desarrollo e incluso vidas es enorme, pero la diferencia entre Guatemala y otros países más desarrollados, política y socialmente, es que aquí los delitos ni siquiera están contemplados en la legislación o tienen penas risibles, mientras que en los otros no sólo existen sino que son firmemente perseguidos y quienes resultan comprobadamente culpables terminan en la cárcel, como vindicta pública.
La evaluación de TI
Este índice estudia 178 países, de los cuales 28 son de América y los ordena en base a los niveles percibidos de corrupción en el sector público, partiendo de encuestas entre el sector privado. Les asigna notas que van desde cero para los países considerados altamente corruptos  hasta 10 puntos para los más transparentes.
Un punteo menor a  cinco implica problemas serios de corrupción en un contexto en que los Gobiernos invierten grandes sumas para resolver problemas como mitigación del cambio climático, estabilización de los mercados financieros y la reducción de la pobreza.
En 2010, Guatemala, obtuvo un punteo de 3.2, ocupando la casilla 91, a la par de países como Bosnia, Gambia, Sri Lanka. En 2009 obtuvo 3.4 puntos en una escala de 10.

Vecinos, mejor
De Centroamérica, Costa Rica es el menos corrupto, con 5.3 puntos (puesto 41); El Salvador y Panamá, con 3.6 puntos (puesto 73). A los únicos que Guatemala ha superado es a Nicaragua, país que obtuvo una calificación de 2.5 puntos (posición 127) y a Honduras, con 2.4 (puesto 134). En América Latina, Guatemala ocupa la casilla 17 de 28 estudiados, con punteos similares a los de México, Jamaica y República Dominicana. Chile es el menos corrupto del área, al situarse en el puesto 21. A nivel mundial los países más transparentes o menos corruptos son Dinamarca, Nueva Zelanda y Singapur, igualados en el primer puesto. En el último lugar o los más corruptos, según TI, son Afganistán, Myanmar y Somalia.

En Guatemala no hay voluntad política para afrontar este flagelo, sostuvo Manfredo Marroquín, presidente de Acción Ciudadana.

El diputado José Alejandro Arévalo también lamentó la falta de una legislación precisa para castigar a los corruptos.

El diputado José Alejandro Arévalo también lamentó la falta de una legislación precisa para castigar a los corruptos.

El contenido de Industria&Negocios no necesariamente representa la opinión de Cámara de Industria de Guatemala; cada artículo es responsabilidad de sus autores.

Cámara de Industria de Guatemala
Ruta 6, 9-21 Zona 4, Nivel 12
PBX: (502) 2380-9000
Correo electrónico: [email protected]

facebook linkedin