Por Xavier Serbia / www.xavierserbia.com
¿Te has sentado a observar el mundial de la FIFA Sudáfrica 2010 para encontrar posibles reglas que se pudieran aplicar a las finanzas personales? Salvo aquel que se gastó parte de su riqueza para ir a apoyar una selección y terminó ganando una factura, no creo que la mayoría de nosotros haya hecho eso. Hemos disfrutado los partidos, jugadas y controversias. Pero, ¿se pueden sacar reglas aplicables a las finanzas? Sí. Puede que existan más, pero rescaté cinco:
1. Organización es clave y lleva tiempo: Es muy difícil realizar un evento de tal magnitud si no hay organización. Piensa que son cerca de 373 mil visitantes. Para eso necesitas infraestructura, transportación pública, construcción de algunos estadios y remodelación de otros, hotelería, seguridad, mano de obra, etcétera. Esto sin sumar los 32 equipos y los millones que lo vemos a través de la pantalla chica. Implica tecnología, personal, ventas y tantas otras variables que muestran cuán importante es la planificación y organización. ¿Crees que todo se hace en un día? No. Lleva años organizarlo. ¿Crees que las finanzas personales no necesitan de la misma técnica? Manejo de efectivo, crédito, seguros, casa, planificación de retiro, portafolio de inversiones, herencia y tantas otras cosas que entran dentro de las finanzas nos obliga a tener organización y planificación a través del tiempo.
2. Trabajo en equipo: ¿Crees que el evento se puede lograr por un sólo individuo? ¿Crees que la selección de Argentina podía ganar porque tenía a Lionel Messi, Portugal a Cristiano Ronaldo y Brasil a Kaká? No. Es un conjunto de personas y organizaciones trabajando para un mismo fin. Las finanzas personales es un trabajo en equipo. La familia tira a un mismo fin. Las parejas igualmente.
3. Diversificación es la clave: ¿Puede un equipo de fútbol ganar sólo con atacantes? ¿El mejor medio campo? o ¿teniendo la mejor defensa? No. Un equipo mundialista necesita tener buena defensa, medio campo, laterales y frente de ataque. Cada uno tiene una función y contrabalancea al otro. Tiene que existir diversificación de funciones y conexión entre las partes para que la pelota termine en la portería del contrario y no en la de uno. Lo mismo en las finanzas personales. Si queremos llegar a tener independencia financiera no podemos estar consumiendo pensando en tiempo presente anulando el futuro y viceversa. El gasto y el ahorro van de la mano. No podemos desligar el crédito del ingreso presente y futuro. No podemos poner todo el dinero en bienes raíces sin contrabalancearlos con activos financieros.
4. Los árbitros se equivocan en aplicar el reglamento. Hemos visto buenas decisiones arbitrales que se han aplicado en los juegos. Pero, si crees que los árbitros siempre tomarán buenas decisiones puedes llevarte una sorpresa. El error más claro fue el gol anulado a Inglaterra. Está claro que necesitamos árbitros y reglas porque si no, los jugadores se estarían aniquilando a patadas, haciendo “fuera de lugar” o cuanto penal que te puedas imaginar. Pero, también necesitamos árbitros que no quieran ser protagonistas o que se equivoquen menos. El mismo principio se aplica a los reguladores. Es importante que existan leyes, pero ellos no pueden regular todo o a veces regulan en exceso. ¿Qué me dices de Bernard Maddoff, Lehman, Fannie Mae, Freddie Mac y tantos otros casos que muestran que ellos se equivocan? De la misma forma un jugador no puede estar esperando que el árbitro las vea todas, nosotros no podemos confiar que el regulador nos va a evitar siempre de un fraude, un abuso o violación de ley.
5. No apuestes sólo al optimismo: “¿Mi país va a ganar porque es el momento?”, “Tenemos a Maradona”, “ganaremos porque tenemos jugadores jugando en Europa”, son algunas de las razones esperanzadoras para determinar que la selección del país ganaría.La realidad es que en el fútbol el optimismo no es la receta principal para llegar a las mejores posiciones. Se necesita un sistema de organización en el país, nivel de jugadores, dirección técnica y tantas otras razones como para simplificar el resultado a un simple optimismo. ¿Acaso nosotros no invertimos basados en el optimismo de que este sea el mercado “bull” o “bear”? ¿Acaso no compramos casas exageradas porque tenemos la esperanza que el ingreso o el valor de la propiedad aumentarán en el futuro? Es muy riesgoso tomar decisiones financieras de peso basadas en la euforia. Es una proposición muy costosa. Al final, tú decides.