Ago-10 El Salvador, un atractivo mercado para las empresas guatemaltecas

El Salvador, con un territorio de 21 mil kilómetros cuadrados, concentra un mercado de seis millones de consumidores. Esto equivaldría a que en los departamentos de Alta Verapaz, Baja Verapaz y Quiché viviera la mitad de la población guatemalteca.

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El territorio salvadoreño representa el mercado natural de una estrategia de expansión geográfica para las empresas guatemaltecas pues sus vías de acceso y su proximidad hacen de este país muy atractivo para un plan de internacionalización.
El tamaño del territorio salvadoreño corresponde a una quinta parte del área geográfica de Guatemala y aglutina una población equivalente a la mitad de los habitantes que tenemos aquí. En otras palabras, El Salvador, con un territorio de 21 mil kilómetros cuadrados, concentra un mercado de seis millones de consumidores. Esto equivaldría a que en los departamentos de Alta Verapaz, Baja Verapaz y Quiché viviera la mitad de la población guatemalteca.
Esa alta densidad poblacional del vecino país representa un panorama logístico muy atractivo para el transporte, suministro y comercialización de productos guatemaltecos, pues la concentración de puntos de venta, clientes y consumidores reduce significativamente los costos de operación.
La vía de acceso idónea hacia el mercado salvadoreño es la terrestre, disponiéndose de cuatro fronteras comercialmente activas y accesibles todo el tiempo. En el departamento de Jutiapa, al sur, se dispone de las fronteras de Ciudad Pedro de Alvarado y Valle Nuevo, por medio de las cuales se ingresa a El Salvador por el departamento de Ahuachapán. Ambas fronteras distan a 120 kilómetros de San Salvador. Hacia el norte se encuentra, en el mismo departamento de Jutiapa, la frontera de San Cristóbal y, en el departamento de Chiquimula, se tiene la frontera de Anguiatú. Estas dos últimas colindan con el departamento de Santa Ana y quedan a una distancia de 105 y 120 kilómetros, respectivamente, de la capital salvadoreña. Todas cuentan con buenas carreteras dentro de El Salvador.
Dos modernas carreteras atraviesan todo el territorio salvadoreño. La Panamericana y la carretera del litoral. En total, las carreteras y calles pavimentadas representan una longitud de tres mil 300 kilómetros, llegando al 90 por ciento de los municipios comercialmente más atractivos de ese país. Esto hace que el transporte y la distribución de mercadería sean físicamente accesibles en todo su territorio.
Después de la capital, las ciudades de mayor comercio y consumo en El Salvador son Santa Ana y Sonsonate, en el occidente, las cuales distan a 62 kilómetros de San Salvador por autopista. Luego están San Miguel y Usulután, en el oriente del país, encontrándose a 135 y 100 kilómetros de distancia, respectivamente, de la capital. También estas últimas disponen de autopistas en su mayor recorrido. En fin, los mejores mercados del país tienen posibilidad de abastecimiento en viaje de ida y vuelta en un solo día.
A manera de anécdota, en una empresa salvadoreña con cobertura de ventas nacional, teníamos una reunión mensual con nuestros 121 vendedores. Hacíamos tres sesiones en un mismo día y en diferentes territorios. Desayunábamos con los vendedores de occidente en Santa Ana, almorzábamos con los vendedores de oriente en San Miguel y cenábamos con los vendedores del área central en San Salvador. Todo ello nos implicaba recorrer 394 kilómetros en automóvil, trabajar y departir con todos los vendedores, en un día.
El transporte de carga terrestre dentro de El Salvador es muy accesible y sus costos de fletes son competitivos. A manera de ejemplo, un viaje en contenedor seco de 40 pies desde San Salvador a San Miguel, con una distancia de 135 kilómetros, cuesta entre US$250 y US$300. En camión de ocho toneladas, el viaje puede costar entre US$125 y US$150. En definitiva, los gastos de flete en este mercado hacen competitiva la operación comercial, todo el tiempo.
Aunado a todo ello, el dólar estadounidense, la moneda circulante en El Salvador desde el año 2001, hacen disponer a este país de una moneda dura para realizar los pagos a los empresarios guatemaltecos que operan en este mercado. Adicionalmente, la banca regional e internacional, como el Banco Citi o G&T Continental, hacen que las operaciones bancarias se realicen en tiempo real, favoreciendo notablemente el comercio y las inversiones entre ambos países.
A manera de conclusión, la expansión comercial de las empresas guatemaltecas debe tener al mercado salvadoreño como su primer objetivo estratégico, pues su tamaño representa para Guatemala un crecimiento equivalente al 50 por ciento, es decir, crecer de un mercado de 12 millones de habitantes a uno mercado de 18 millones, al agregar los consumidores salvadoreños.

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