Jun-10 Más denuncias de corrupción y mayor deuda pública en últimos años

La administración actual se ha caracterizado por estar plagada de denuncias de corrupción, de malos manejos y de despilfarro. Y por si eso fuera poco, el país sufre los más altos índices de violencia, mientras que la deuda pública interna y externa han aumentado el 26 y 24 por ciento, respectivamente.

HERNÁN GUERRA

El Gobierno de Álvaro Colom ha destacado su transparencia en el gasto del dinero de los guatemaltecos porque en el Índice de Percepción sobre la corrupción, elaborado por Transparencia Internacional (TI), Guatemala escaló 12 puestos y se ubicó, en 2009, en la posición 84, de 180 países evaluados. “Esa es una leve mejoría pero que no significa casi nada y el resultado es básicamente porque se aprobó la Ley de Acceso a la Información”, explicó Marvin Flores, de Acción Ciudadana. “Esta es una herramienta puramente de percepciones pero que, en la práctica, no podemos saber cuánto del presupuesto nacional, de Q50 mil millones, es objeto de corrupción, por ejemplo”, añadió Flores. Guatecompras, el uso del Sistema Integrado de Atención Financiera (Siaf) y la creación del Viceministerio de Transparencia, son otros de los avances que ayudaron a mejorar la percepción de Guatemala en la medición realizada por TI. Sin embargo, apenas son herramientas disponibles pero que no se usan, expuso.

El analista consideró que la percepción que tiene Acción Ciudadana sigue siendo negativa y que en este Gobierno, como en los anteriores, se manejan altos índices de corrupción, despilfarro y por ende, poca transparencia del gasto público. Y es que, aunque en teoría la vicepresidencia de la República se ufana de liderar un programa para transparentar el uso de los recursos, en la práctica no se ve nada pues apenas se implementan acciones aisladas. La prueba más palpable de esa falta de voluntad de trabajar por la transparencia está en el programa “Mi familia progresa”. “En este programa hemos detectado ausencia de rendición de cuentas; no se sabe quiénes son los beneficiarios y hay un gran desorden administrativo, lo cual se puede prestar a muchas cosas”, reiteró Flores. A su juicio, el Gobierno carece de un ente que coordine esta labor de fiscalización debido a que no existen alianzas con el sector privado, con la Contraloría General de Cuentas ni con otras instancias, como parte de una política de Estado que garantice el buen uso de los fondos públicos, “pero lo más preocupante del caso es que este Gobierno ni los anteriores, tiene una política de lucha contra la corrupción”, reiteró.
En el TI Guatemala obtuvo una calificación de 3.4 puntos, una pobre ubicación pues no llega ni a cuatro. Según la metodología esta organización, cada país recibe un punteo que va de uno a diez, donde uno es el país menos transparente y, 10, el más transparente. Guatemala se ubicó al lado de El Salvador y Panamá en la región y 41 puestos debajo de Costa Rica.
Pruebas a la vista
Cámara de Industria de Guatemala (CIG) hizo un recuento de los hechos de corrupción, despilfarro y de supuestos malos manejos de fondos públicos denunciados en los medios de Prensa del país, durante la administración actual. Hasta el 10 de abril del presente año, se habían desperdiciado más de Q3 mil millones, según el resumen noticioso.
El despilfarro, la falta de transparencia y corrupción en el uso del dinero público se registran de una y mil maneras, que van desde la compra de magdalenas y zapatos plásticos hasta los millonarios recursos trasladados al programa “Mi familia progresa” sin ningún control.
Las denuncias de malos manejos o de corrupción por medio de la Prensa no terminan y a diario se conocen casos nuevos. El uno de febrero del presente año, la diputada Nineth Montenegro denunció la compra de 56 mil 250 magdalenas por un valor de Q1.5 millones. ¿Serían prioridad las magdalenas?, ¿Gastar Q13 millones en el transporte de capitalinos al puerto San José en Semana Santa?, ¿O equipar escuelas del área rural o contratar más policías? Las preguntas entre los analistas y la sociedad afloran a diario pero las respuestas de las autoridades no convencen a nadie.
CIG siempre ha hecho propuestas
Cuando las dimensiones de la crisis económica y financiera mundial empezaron a hacer eco en los países más pequeños y en vías de desarrollo, como el nuestro, Cámara de Industria de Guatemala (CIG) realizó una serie de propuestas al Gobierno, las cuales estaban contenidas en lo que llamábamos plan de reactivación económica. Esta serie de medidas tenían como objetivo “apretarnos el cinturón” en momentos en que se nos venían momentos difíciles. Por una parte, se buscaba fortalecer los esquemas existentes para obtener más recursos vía impuestos y, por la otra, promover nuevos modelos para atraer inversión y generar nuevos puestos de trabajo, en esquemas más dinámicos, flexibles y adecuados a la realidad.  Lejos de recibir las sugerencias y de iniciar una discusión responsable, el Gobierno se ha dedicado ha intensificar sus programas asistencialistas, que sobredimensionan un presupuesto concentrado en gasto y no en inversión, sin fortalecer los mecanismos efectivos de recaudación, ni la ampliación de la base tributaria pero, sin embargo, sí endeudan al país como nunca en su historia y comprometen el futuro de ésta y las próximas dos generaciones. El punto más preocupante de este escenario es el de las noticias y denuncias cada vez más frecuentes sobre los grandes escándalos de corrupción, mal uso y despilfarro que se está dando a los fondos del Estado.
Algunas denuncias de malos manejos y fondos perdidos por corrupción publicados en medios impresos:
Corrupción, freno al desarrollo del país
Pedro Prado, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), explicó que para cualquier sociedad, la corrupción tanto pública como privada, se traduce en un freno para el desarrollo. Aunque no quiso precisar si en Guatemala este flagelo tiene índices elevados o bajos, no dudó en explicar que la poca transparencia y/o la malversación de fondos públicos son un mal mensaje para los agentes económicos. Y, por consiguiente, desestimulan la inversión local y extranjera.
“En economía manejamos el principio que siempre los recursos van a ser escasos”, expuso Prado, al momento de explicar que cuando se mal utiliza el dinero público, se pierden oportunidades de mejorar en áreas tan elementales o básicas como la seguridad, educción y salud.
Más deuda que los guatemaltecos debemos pagar
La actual administración gubernamental también se ha distinguido por someter al país a más compromisos financieros, tanto con organismos internacionales como también a nivel interno. Del uno de enero de 2008 al 31 de marzo del presente año, la deuda interna aumentó un 26 por ciento, al pasar e de Q24 mil 191 millones a Q30 mil 370 millones.
Pero eso no es todo. La deuda externa también se incrementó en otro 24 por ciento en ese mismo período o el equivalente a US$1,002.3 millones. Estos compromisos que los guatemaltecos debemos pagar subieron de US$4 mil 226 millones a US$5 mil 228 millones.
En términos porcentuales, la deuda pública externa equivale al 23.3 por ciento del Producto Interno Bruto, un nivel manejable según las autoridades, comparada con la de otros países latinoamericanos. Sin embargo, lo que más se cuestiona del actual Gobierno es que la sociedad no ha percibido mayores beneficios: Los niveles de inseguridad se mantienen elevados, la calidad de la educación pública sigue siendo considerada como la peor de Centroamérica mientras que la atención en hospitales y centros de salud tampoco alcanza el calificativo de decente.

El contenido de Industria&Negocios no necesariamente representa la opinión de Cámara de Industria de Guatemala; cada artículo es responsabilidad de sus autores.

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