IMPUNIDAD: Según el diccionario de la Real Academia Española es un concepto tan simple de definir como “falta de castigo”, pero que en la práctica se convierte en el principal freno para el desarrollo de nuestro país. A diario vemos reportes de robos, extorsiones, secuestros y asesinatos; escuchamos la información de capturas que se realizan y somos testigos de como es más el tiempo que les toma a los policías realizar el papeleo para llevar a los criminales frente a un juez, que el que los delincuentes tardan en recuperar su libertad. En el remoto caso de que un juez dicte una sentencia, las penas son tan tibias que no representan un disuasivo para no delinquir nuevamente.
Los presupuestos de seguridad se han visto drásticamente elevados en la actividad industrial. Oficinas, plantas de producción, vehículos y el mismo personal ha sumado a sus gastos fijos la inversión en protección, elevando de esta manera los costos de producción y restando en buena medida la competitividad de las empresas nacionales.
Adicionalmente, los miles de colaboradores que trabajan en las casi 1000 empresas socias de la Cámara de Industria, de las cuales aproximadamente el 80% son pequeñas y medianas empresas, viven diariamente en un estado de ansiedad y con la preocupación de que tanto ellos como sus familiares no sean víctimas de la inseguridad, apoyada por la impunidad, si no es que ya han pasado por ese tormentoso momento. Lo peor del caso es que la impunidad se está propagando como el cáncer, consumiendo cada día nuestro país y minando las oportunidades de crear condiciones de desarrollo para reducir la brecha de las grandes diferencias que caracterizan a nuestro país.
Por un lado, entre otros ejemplos, es inconcebible que después de 37 intentos, los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia hayan sido incapaces de elegir al presidente del Organismo Judicial; esto es una muestra más de la impunidad e ineptitud reinante en algunas instituciones públicas.
Sin embargo, por otro lado, en la Cámara de Industria vemos con agrado las medidas tomadas por el Dr. Carlos Castresana al mando de la CICIG y esperamos que sus acciones tengan un fruto positivo, en beneficio de la mayoría de guatemaltecos.
Hoy invitamos al gobierno a que, de manera frontal, ataque las causas de raíz de este problema que afecta no solamente al sector industrial, sino que repercute en toda la población. Desde el año pasado presentamos al gobierno y a la población en general nuestra propuesta de reactivación económica, la cual vemos que avanza a un ritmo más lento del que nos gustaría; pero continuaremos trabajando con la firme convicción de encontrar las mejores oportunidades de construir una Guatemala moderna, productiva y competitiva.
Javier Zepeda
Director Ejecutivo
Cámara de Industria de Guatemala