La importancia de la acción positiva en la gestión integral de residuos y desechos sólidos en Guatemala, hace referencia a la necesidad inminente del sector en tomar decisiones sobre un mejor proceso que logre un control eficiente de su gestión interna y las consecuencias generadas por su marca en el medio ambiente a lo largo del ciclo de vida de sus productos.
La compleja situación de contaminación y presión sobre los ecosistemas en el país y el alto grado de deterioro ambiental que observamos en nuestro entorno, ponen en riesgo la salud de quienes estamos expuestos y comprometen la biodiversidad, nuestro futuro y el medio ambiente. Debido al incremento mundial de residuos y desechos sólidos, se debe considerar una gestión más eficiente de la separación, recolección, transporte, reciclaje, tratamiento y la disposición final del ciclo de vida de las materias primas, los empaques y las mermas en los procesos industriales y postindustriales.
La gestión integral de los desechos sólidos comunes es un compromiso ambiental transversal de la industria y es imprescindible atender las regulaciones ambientales vigentes y prevenir sanciones o hallazgos negativos en relación a nuestra producción, producto o marca en concordancia con los compromisos adquiridos en nuestras licencias ambientales y consideraciones particulares de cada tipo de industria.
El Acuerdo Gubernativo 164-2021, Reglamento para la Gestión Integral de los Residuos y Desechos Sólidos Comunes, se encuentra vigente desde agosto de 2021. Como individuos y ciudadanos, desde lo personal y lo colectivo, estamos comprometidos con cumplir desde ya con la separación primaria de los residuos orgánicos e inorgánicos desde nuestros hogares, oficinas, empresas o industrias. Con esta simple acción podemos contribuir a la reducción de hasta un 50% de los residuos orgánicos, evitando que se dé una disposición final inadecuada y se impacte negativamente el ambiente con la descomposición de estos desechos y la generación de gases de efecto invernadero (GEI), adicionando la oportunidad de aprovechar el potencial de compostaje y de llevarlos a un sitio de biodigestión para la producción industrial de biogas.
La gestión integral de los desechos sólidos comunes es un compromiso ambiental transversal de la industria”.
El biogas producido, derivado del compostaje anaeróbico, cuenta con un gran potencial como fuente de energía no aprovechada. Los desechos orgánicos bien procesados estarían contribuyendo significativamente a la matriz energética renovable del país, extremo que en la actualidad está totalmente desaprovechado. Separar el material orgánico desde cada hogar, empresa o industria, ahorraría miles de metros cúbicos de espacio en los vertederos del país, la reducción de los impactos ambientales sería altamente significativa y beneficiosa al medio ambiente, a la reducción de emisiones de CO2 y otros GEI, al aprovechamiento energético y a la producción de abono orgánico para el sector agroindustrial.
En 2015, las emisiones de GEI para el sector de desechos, se debieron principalmente a las emisiones producidas desde los vertederos, los cuales representan un 26% de las emisiones netas del sector. De acuerdo a la línea base, se pronosticó que el sector de desechos sólidos crecerá cerca de 224% entre 2015 y 2050, con el aumento de emisiones provocado principalmente por el crecimiento poblacional, lo que representa pasar de emisiones de 490,000 ton CO2eq en el 2015 a un estimado de 1,600,000 tonCO2eq para el 2050.
Los desechos sólidos orgánicos tienen la capacidad de generar biogas, el cual puede llegar a contener entre un 55 a 70% de metano, 30 a 45% de dióxido de carbono y un 5% de otros gases no peligrosos y poco aprovechables. El biogas presenta un poder calorífico de hasta 6.5kWh /m3 dependiendo del porcentaje de metano en su composición. La aplicación más común de biogas es como combustible para la producción de energía eléctrica. Actualmente, en Guatemala hay un potencial energético desaprovechado, ya que es mínima la participación de esta tecnología en la matriz energética nacional.
Se estima que el biogas generado por todos los vertederos a nivel nacional será de 37,037 ton/año de metano y que para el 2050 alcanzará 83,706 ton/año de metano. Estas emisiones serán generadas directamente al ambiente, afectando como un GEI y desaprovechando un total acumulado del 2025 al 2050 de más de 4,700 GWh de energía eléctrica no producida con este recurso.
El biogas producido, derivado del compostaje anaeróbico, cuenta con un gran potencial como fuente de energía no aprovechada”.
La participación del biogas como fuente renovable de energía y como tecnología para el abastecimiento de la energía eléctrica es baja, puesto que solo representa el 4% de la potencia instalada de la Generación Distribuida Renovable (GDR) en el país, siendo menos de los 10MW. En la relación directa que se tiene con el sector empresarial e industrial, se busca realizar estudios de caracterización de desechos para cuantificar su nivel de producción base en residuos orgánicos aprovechables y crear modelos de acopio temporal, recolección y transporte para llevarlos a un destino final en donde se pueda aprovechar este potencial energético para que su huella ecológica y la reducción de emisiones pueda ser medida y controlada, con el fin de alcanzar un nivel de cero impacto a los vertederos.
En el contexto del otro 50% de residuos y desechos, encontramos que se encuentran mezclados residuos y desechos inorgánicos diversos. El reglamento en mención nos invita a cumplir, de forma voluntaria, a partir del 10 de agosto del año en curso, con la separación secundaria y su clasificación, desde nuestro hogar, empresa o industria, y así fomentar una cultura de reducir, reciclar y reutilizar.
El sector industrial debe poner especial atención en la responsabilidad extendida como productor (REP), un mecanismo que ya está activo y legislado en otros países de América Latina, a través del cual se promueve la responsabilidad sobre la organización y financiamiento de la gestión de los residuos derivados de la comercialización de sus productos en el país. El mismo busca un circuito circular en donde los productos y todo lo que se necesita para fabricarlos conserven su utilidad y valor, abandonando la práctica lineal de producir y desechar.
Considerar establecer un sistema de gestión de los residuos de sus productos hasta el posconsumo y tomar acciones sobre ellos al final del ciclo de vida, conlleva una gran voluntad e inversión. Los productos prioritarios a tomar en cuenta abarcan: aceites lubricantes, baterías, pilas alcalinas, aparatos eléctricos y electrónicos, envases y embalajes, neumáticos, diarios y revistas, lámparas y bombillos, pinturas y lacas, y sustancias químicas.
Es inminente la necesidad de contar con una caracterización correcta de sus residuos y desechos”.
Es vital acercarse a las empresas gestoras autorizadas con los permisos y licencias correspondientes y con amplia experiencia en la gestión integral de estos residuos y desechos, para establecer el mejor modelo de gestión, con el fin de evitar que se mezclen con otros productos y hagan daño al medio ambiente. Con esta acción se estaría cumpliendo además con la clasificación terciaria, la cual es altamente diferenciada por el grado de peligrosidad de estos residuos y desechos que demandan un proceso más especializado y tecnificado para su eliminación.
La acción positiva del sector industrial sobre la identificación de sus necesidades y la toma de conciencia en cuanto a la gestión integral de sus residuos y desechos no puede esperar más tiempo. Es inminente la necesidad de contar con una caracterización correcta de sus residuos y desechos y una planificación integral del ciclo de vida de sus productos y procesos productivos para prevenir sus impactos ambientales.
Por: Doctoranda Melissa Calvo Samayoa | Directora Ejecutiva de BIOTRASH y Presidenta de la Gremial de Reciclaje, Productos y Servicios Ambientales (GREPSA)