Se le llama mantenimiento industrial a todas aquellas acciones destinadas a alargar la vida útil y el buen funcionamiento de la maquinaria implicada en un proceso de producción. Con el objetivo de optimizar la disponibilidad de los equipos, el mantenimiento se convierte en una inversión que genera la necesidad de introducir diversos tipos de controles que son esenciales tanto para el proceso de producción en sí mismo, como para aumentar la seguridad de las personas que intervienen en su manejo o manipulación.
Históricamente, los procesos de mantenimiento se dieron como solución a los altos índices de averías, fallos y desperfectos que ocasionaban grandes pérdidas económicas y retrasos comerciales, pero también por los accidentes laborales que podían suceder por dichas pérdidas o paradas en la producción. Por dicha razón, en la actualidad, la industria está comprometida a optimizar todos sus procesos, tanto en relación a los costos, como a la calidad de los productos, lo que conduce a la necesidad de analizar de forma sistemática las mejores prácticas en la gestión técnica y económica de los mantenimientos a equipos y maquinarias.
Este aspecto, se ha convertido en una buena práctica en empresas productivamente responsables e, incluso, en una obligación legal de necesario cumplimiento para sostener la operatividad de los procesos.
La industria está comprometida a optimizar todos sus procesos, tanto en relación a los costos, como a la calidad de los productos”.
Para su implementación, el empresario y/o patrono debe evaluar cuál podría ser el sistema más idóneo y la dinámica más adecuada al giro de sus negocios para gestionar las tareas de mantenimiento a equipos y maquinaria, sin arriesgar en gran medida aquellos dos valores tan preciados en la producción industrial, además de la vida de un trabajador, como lo son el tiempo y la inversión. Según el artículo 4 del Reglamento de Salud y Seguridad Ocupacional, todo patrono está obligado a adoptar y poner en práctica las medidas de salud y seguridad para proteger la vida, la salud y la integridad de sus trabajadores en los centros de trabajo, especialmente en lo relativo a las operaciones y procesos de trabajo, así como en la colocación y mantenimiento de resguardos, protecciones y sistemas de emergencia a máquinas, equipos e instalaciones.
La referencia a los términos operaciones y procesos es bastante amplia, pues implica toda una serie sistemática de actividades mecánicas, físicas, eléctricas, químicas o ergonómicas, entre otras, que pueden conllevar o no, la utilización de equipos y maquinaria industrial que sean idóneos para convertir materia prima en un determinado producto. En el caso de que dichas operaciones y procesos impliquen la utilización de máquinas, el patrono además debe garantizar el mantenimiento para alargar su vida útil y garantizar el buen funcionamiento, independientemente del sector industrial en el que se desempeñe.
Dicho mantenimiento requiere de distintas tareas específicas que están contempladas de forma dispersa en la regulación nacional. A manera de ejemplo, podemos mencionar que la actividad de mantenimiento, según el Reglamento de Salud y Seguridad Ocupacional, requiere como mínimo:
- Colocar resguardos, protecciones y sistemas de emergencia (artículo 4).
- Contar con los manuales del fabricante y mantenerlos disponibles para la consulta de los trabajadores encargados de su reparación. Esta obligación, por lo general, se concentra en reparaciones menores que no requieren de una alta intervención técnica por parte del proveedor o fabricante (artículo 428).
- Inspeccionar periódicamente y contar con sistemas de parada o bloqueo con dispositivos de seguridad (artículos 434 y 435).
- Instalar guardas y protecciones, las cuales no pueden ser removidas sin autorización (artículo 438).
- Utilizar el equipo de protección personal idóneo para los riesgos asociados a las máquinas.
Todo patrono está obligado a adoptar y poner en práctica las medidas de salud y seguridad para proteger la vida, la salud y la integridad de sus trabajadores en los centros de trabajo”
Las anteriores reflexiones nos provocan consultar cuáles serían, por lo tanto, los sistemas idóneos para la gestión adecuada del mantenimiento de equipos y maquinaria. Para ello, técnicamente existen tres tipos de mantenimiento que cumplirían con las obligaciones y observaciones antes apuntadas:
- Mantenimiento preventivo: está enfocado en la prevención de fallos en equipos e instalaciones, con el objetivo de reducir riesgos. Intenta minimizar errores o averías con una revisión constante y planificada, según las necesidades de cada industria.
- Mantenimiento correctivo: aquel cuyo fin es corregir cualquier defecto que se presente en el equipo o instalación. Corrige acciones solo cuando se ha detectado la avería. Para este tipo de mantenimiento, no solo es importante contar con un procedimiento de supervisión periódico y de generación de alertas, sino además con recursos inmediatos o disponibles para la reparación del fallo.
- Mantenimiento predictivo: busca anteponerse a la avería al igual que el preventivo, con la diferencia de que se basa en la aplicación de herramientas o técnicas de detección de distintas variables que muestran indicios sobre el estado de un equipo o maquinaria y que anticipan un futuro fallo. Estas variables o patrones de fallo pueden ser la vibración, la presión o la temperatura, entre otras, y su filosofía es la de intervenir en las máquinas solo cuando es necesario.
La combinación de estrategias correctivas, preventivas y predictivas sería el sistema idóneo que garantizaría no solo la seguridad de los trabajadores, sino además conseguiría los mayores niveles de disponibilidad y fiabilidad de los equipos y maquinaria, sin arriesgar tanto tiempo y dinero. Aunque la tendencia actual es la de una migración progresiva hacia el mantenimiento predictivo, se considera que el sistema que prevalece en nuestro país es todavía el mantenimiento correctivo.
El sistema que prevalece en nuestro país es todavía el mantenimiento correctivo”.
Ello nos demuestra las grandes oportunidades de mejora que todavía existen sobre este tema, no solo para garantizar el cumplimiento normativo sino para crear y sostener espacios seguros para todas las personas que intervienen en un proceso productivo.
Por: María Isabel Asturias | A&G Abogados y Gremial de Seguridad y Salud Ocupacional (SSO)