Desde que inició la pandemia ocasionada por el COVID-19, uno de los sectores más afectados ha sido el de los gimnasios, pues tuvo que cerrar sus puertas por varios meses y reinventar su modelo de trabajo para que las personas continuaran ejercitándose desde sus hogares.
“Con la llegada del virus decidimos unificar a todas las empresas involucradas en el ámbito fitness del país. Trabajamos en conjunto para promover un estilo de vida saludable por medio del ejercicio y el deporte”, manifiesta Jason Hess, presidente de la GFG.
La resiliencia ha formado parte de esta industria. Muestra de ello es que el año pasado implementaron clases en línea, algunos gimnasios las impartieron de forma gratuita. “Existen equipos que tienen conectividad a relojes inteligentes, aplicaciones móviles y monitores cardiacos que pueden utilizarse en casa. No es lo mismo que ir al gimnasio, pero ha sido una alternativa para realizar actividad física en conjunto”, agrega.
“Nuestro giro de negocio es seguro y ofrece beneficios importantes para combatir el virus”.
Gimnasios seguros
Junto a la Comisión Presidencial de Atención a la Emergencia COVID-19 (Coprecovid), Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) y Cámara de Industria de Guatemala (CIG), la GFG preparó un ensayo seguro para establecer protocolos estrictos de higiene, sanitización, distanciamiento social y buenas prácticas dentro de los gimnasios del país. Asimismo, realizó una evaluación y monitoreo durante 45 días en todas las sedes suscritas a la gremial.
“Le hicimos pruebas de serología a un porcentaje de la población y obtuvimos una muestra interesante porque tomamos gimnasios ubicados en distintas áreas de la región metropolitana con diferentes costos de membresía”, explica Jason Hess. Para el censo tomaron en cuenta a personas de diferentes sexos, edades y niveles socioeconómicos.
Realizaron alrededor de 90 mil visitas monitoreadas dentro de los 26 gimnasios agremiados que cumplían con los protocolos de seguridad establecidos. “Esto lo llevamos a cabo para generarle confianza a los clientes y para que autoridades vean que nuestro giro de negocio es seguro y ofrece beneficios importantes para combatir el virus”, señala.
La GFG busca mantener sedes seguras para impulsar la industria. Es así como nace la iniciativa de monitorear constantemente cada gimnasio. “Las visitas in situ las hacen personas ajenas para mantener la objetividad y evaluar cada espacio de forma integral”, dice el entrevistado.
Los gimnasios que aplican los protocolos de seguridad de forma adecuada reciben una certificación por parte de la gremial por buenas prácticas sanitarias lo que los convierte en espacios seguros en contexto de pandemia. Jason Hess asegura que al momento el 25 por ciento de las sedes ya fueron certificadas y que esperan terminar de inspeccionar todos los gimnasios a finales de septiembre.
“A veces subestimamos la importancia de la actividad física, pero debemos tener en mente que el ejercicio puede salvar vidas”, concluye.