Un esfuerzo en conjunto permitiría sentar las bases para un incremento sostenido de la economía guatemalteca, repercutiendo en la creación de nuevos puestos de trabajo formales.
Colaboración especial: Luis Pablo San José
Departamento de Investigación y Consultoría Económica (DICE)
Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES)
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En los últimos años, Guatemala ha presentado grandes dificultades en distintos aspectos económicos; uno de ellos es la generación de empleo formal. Según los datos presentados en la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos (ENEI) 2019, existe una brecha muy marcada entre el sector formal e informal, con 2.5 millones de empleos formales para 2019, que contrastan con los 4.7 millones que se encuentran en la informalidad, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), 2019.
Dicho comportamiento se vio afectado con el brote de la pandemia de la COVID-19, ya que por las medidas implementadas para mitigar la propagación del virus se vio una caída en las afiliaciones al Seguro Social, llegando a su punto más bajo en junio 2020, de acuerdo al Boletín Estadístico de Afiliación. Lo cierto es que durante este período se dio un descenso en los ingresos de las familias guatemaltecas.
Si bien estos números se han ido recuperando con la apertura económica, este proceder será lento y difícilmente se verá un crecimiento autónomo y rápido del empleo formal en Guatemala para este 2021. El panorama en este sentido se ve complicado, con una contracción económica del 2% para la economía guatemalteca. Si bien el país será de los que reciban un menor impacto en Latinoamérica, podemos apreciar que los problemas de empleo vienen desde años anteriores, con una caída muy marcada a partir de 2017.
Es necesario que se tomen acciones orientadas a mejorar la tasa de crecimiento económico que desde 2010 se posiciona en un 3.6%, en promedio, según fuentes oficiales. Este comportamiento no se ve reflejado en un mejor desarrollo social para el país, lo cual se observa en el inconstante aumento del empleo formal en el mismo período. Esta precariedad salarial y falta de cobertura social repercuten en una mayor pobreza que desembocará en una menor capacidad de consumo, disminuyendo así la demanda de bienes y servicios.
Asimismo, la caída en la demanda de estos repercute directamente en las actividades productivas del país, por lo que es necesario tomar acciones que permitan un crecimiento dinámico y constante, ya que, de continuar con la precariedad de salarios, podríamos ver un incremento del descontento social que continúe incrementando la polarización de la sociedad guatemalteca, poniendo en riesgo la gobernabilidad del país.
La complejidad de los efectos de la crisis hace imprescindible que se lleve a discusión el papel del Estado. En este sentido, se hace indispensable una mayor planificación en términos de políticas públicas que permitan un clima favorable para la inversión y el trabajo decente, priorizando en las intervenciones orientadas a mejorar la competitividad del país tanto en infraestructura como en recurso humano.
Esta dinámica requiere de un mayor esfuerzo y sofisticación de la producción de Guatemala para la creación de más y mejores empleos. Aprovechar los movimientos de las cadenas de valor a nivel global debe ser una prioridad para alcanzar este fin. Las alianzas público-privadas podrían jugar un papel importante para facilitar estas inversiones, siempre que se cumplan con los requisitos técnicos, de transparencia y calidad.
Se precisa de:
• Un fortalecimiento de las capacidades del Ministerio de Trabajo, que permita velar por el cumplimiento de los derechos de los trabajadores.
• Mejorar los tiempos de respuesta en los juzgados de trabajo y en los temas de sanciones, con reglas claras y comprobables.
• Además, comenzar a analizar las reformas que sean necesarias para poder adaptarse a las condiciones laborales de la nueva normalidad.
Este esfuerzo en conjunto permitiría sentar las bases para un incremento sostenido de la economía guatemalteca, repercutiendo a su vez en la creación de nuevos puestos de trabajo formales. Buscar fomentar una economía más dinámica y resiliente permitirá que se avance en los distintos rezagos que tiene el país fortaleciendo los principios democráticos de Guatemala.